"El Gobierno ha puesto a disposición de estos desarrolladores de proyectos de energía verde su casa".
De camino al área sur de la Isla, un impresionante proyecto de energía renovable se impone ante el valle de Santa Isabel: cuarenta y cuatro molinos de viento se despliegan en 3,700 cuerdas de las mejores tierras de cultivo del País. Pese a los reclamos de santaisabelinos y agricultores, el Gobierno llegó a un acuerdo con la compañía Pattern Energy, en el que le arrendó 3,700 cuerdas de terreno designado como prime farmland a dicha compañía de energía renovable para que ésta, a su vez, le venda la energía producida a la AEE a un costo de $356 millones por veinte años.
Este es el primer proyecto en Puerto Rico de energía eólica a escala industrial que se construye sobre una producción intensiva de hortalizas, es decir, un tipo de agricultura que requiere más horas de contacto por parte del obrero, prescindiendo en gran medida del uso de tractores. Esto representa para el obrero la exposición a un fenómeno llamado “efecto discoteca”. Según explicó Myrna Comas Pagán, secretaria designada del Departamento de Agricultura (DA), cuando los rayos solares impactan las aspas del molino, ocurre un cambio de luces de oscuridad a claro, simulando la iluminación de una bola de discoteca.
“Para una persona que está trabajando concentrada en recolectar productos, no debe ser fácil; estudios revelan que tiene efectos sobre la córnea. Mi experiencia en el lugar fue bien incómoda”, señaló Comas Pagán.
Pero el impacto del proyecto eólico de Santa Isabel no solo se verá en los trabajadores sino también en los suelos de cultivo. David Sotomayor, profesor del Departamento de Ciencias Agrícolas en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico, argumentó que se puede sembrar en los terrenos que albergan los molinos de viento pero el producto de esa siembra será distinto. “Se puede sembrar pero el daño está hecho, el impacto está y el producto, que es el rendimiento de los cultivos y la calidad de las cosechas, va a estar afectado”, subrayó Sotomayor.
La Secretaria de Agricultura coincidió con la aseveración de Sotomayor, insistiendo que el daño ya se hizo. “Es difícil que en terrenos donde se han instalado bases de cemento tan monstruosas se pueda arar ahí en veinte años”, sentenció Comas Pagán.
AMENAZADO EL KARSO NORTEÑO
Una propuesta industrial para la generación de energía renovable por medio de celdas fotovoltaicas en Manatí amenaza la zona kárstica con prioridad de conservación y los terrenos agrícolas del norte. En la proyectada finca solar se instalarían 250,000 paneles solares en un terreno que abarca unas 1,000 cuerdas, 300 de éstas con potencial agrícola. El proyecto fue sometido bajo la declaración de emergencia energética cuyo término venció el 31 de diciembre de 2012. Aun cuando el decreto expiró, el trámite para esta finca solar sigue en su modalidad expedita.
Abel Vale, de Ciudadanos del Karso, calificó la propuesta de la finca solar para el Karso como un proyecto “nefasto”.
Abel Vale, presidente de Ciudadanos del Karso (CDK), explicó que el caso del proyecto propuesto para Manatí no es el primero. “Lo que está pasando es nefasto; en la zona de la faja ganadera lechera hay al menos dos fincas donde los ganaderos han arrendado sus terrenos para la producción de energía solar a nivel industrial”, dijo Vale. Para los ganaderos resulta más costo efectivo arrendar sus tierras a proyectos de energía renovable que desarrollarlas agrícolamente.
Tanto Vale como Sotomayor reafirmaron la importancia de atender la crisis energética mediante la búsqueda de fuentes de energía alterna, así como cambios en la gobernanza de las agencias gubernamentales. También fueron enfáticos en el error que conlleva construir dichos proyectos en terrenos que tienen valor agrícola. “Muchos de los terrenos agrícolas propuestos para esos proyectos son terrenos públicos propiedad de la Autoridad de Tierras (AT). El Gobierno ha puesto a disposición de estos desarrolladores de proyectos de energía verde su casa”, expresó Sotomayor.
El ingeniero José Maeso,director ejecutivo de la Administración de Asuntos Energéticos (AAE), afirmó que en los últimos dos años fiscales se han aprobado 444 proyectos de energía renovable. Maeso hizo la salvedad de que la mayoría de estos proyectos son de carácter comercial y residencial, siendo una minoría los de escala industrial. De igual modo, explicó que son otras agencias, como la AT, el DRNA y el DA los que evalúan los terrenos y la localización para dichos proyectos. “El problema es que esa política pública no ha estado muy clara todavía”, abundó Maeso.
VULNERABLES SOBRE 30 MIL CUERDAS
Según documentos de la AT, el 6% (sobre 30 mil cuerdas) de los terrenos agrícolas del País han sido identificados preliminarmente para proyectos de energía renovable. Salvador Ramírez, director ejecutivo de la AT, explicó que la presente administración descubrió que gran parte de los terrenos agrícolas de la AT, específicamente al norte, habían sido destinados a proyectos de energía renovable. En su estudio encontró que ya había 15 mil cuerdas destinadas a proyectos fotovoltaicos y eólicos, y sobre estos, ocho contratos de arrendamiento firmados y catorce contratos de ocupación de terrenos, inclusive en tierras arrendadas por la AT para uso agrícola.
Ramírez afirmó que la política de su agencia es defender los terrenos agrícolas para salvaguardar la seguridad alimentaria. Cuando Diálogo le inquirió sobre qué hará la AT en relación con los contratos vigentes sobre proyectos de energía renovable, Ramírez explicó que defenderá las tierras agrícolas.
“Aquellos proyectos que han culminado permisos y han contratado con la AEE se les va a tener que dar curso porque no tendríamos jurisdicción legal, pero aquellos proyectos que no tienen permisología o están en proceso, nosotros defenderemos las tierras agrícolas”, culminó.
¿CÓMO SALVAGUARDAR NUESTRAS TIERRAS?
En los últimos años, la pérdida de terrenos agrícolas en Puerto Rico se ha incrementado exponencialmente, Se pierden unas 26,631 cuerdas de terreno agrícola al año. Según el censo federal agrícola de 2007, el País cuenta con 557,528 cuerdas con potencial agrícola, una pérdida de 133,159 cuerdas del inventario de tierras en el lapso de cinco años.
Según estimados de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), Puerto Rico necesita 1.1 millones de cuerdas de terreno agrícola para garantizar su seguridad alimentaria, por lo que nos enfrentamos a una escasez natural de tierras para la sustentabilidad alimentaria de los habitantes. El País necesita 450,000 cuerdas que no posee.
Para Comas Pagán, en un país con limitación territorial y pocas reservas agrícolas, es preocupante la ocupación de terrenos por proyectos de energía renovable porque éstos “no son compatibles con el desarrollo agrícola”.
Los niveles de seguridad alimentaria de un país son evaluados según la capacidad que tiene para producir sus alimentos. Puerto Rico está ante un alto grado de inseguridad alimentaria, no solo por el limitado inventario de tierras agrícolas sino también porque importa la mayoría de los alimentos que consume.
Comas Pagán afirmó que su postura es conservar todo terreno agrícola para la producción, aumentando así la industria local. Su meta es lograr al menos un 40% de autosuficiencia alimentaria, por lo que prevé añadir 100 mil cuerdas al inventario de tierras agrícolas así como garantizar el mercado a los agricultores locales para hacer viables sus negocios.
Pero la misión del DA tiene que contar con la colaboración de otras agencias, como la AT y la AEE. Según Comas Pagán, los directores de algunas agencias “están claros” de que el terreno agrícola se conservará para esos fines, señalando al director ejecutivo de la AEE, Juan Alicea Flores, como su “aliado”.
Por su parte, Maeso explicó que la AEE no se opondría a la designación de terrenos para la agricultura y “no para instalar otra cosa” por lo que apostó al nuevo Plan de Usos y Terrenos. “Ahí quedará establecido, esto es para agricultura y esto no. Una vez tengamos un Plan de Usos y Terrenos, yo creo que estos tipos de problemas son mucho más fáciles de aclarar y trabajar con ellos”, culminó.