El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció la suspensión de la construcción de una carretera para unir las localidades de Beni y Cochabamba que cortaría en dos una reserva natural e indígena del país suramericano.
Sin embargo, a pesar del anuncio de Morales, los nativos dijeron que continuarían con las marchas y las protestas que alcanzaron su punto más delicado el pasado domingo con el saldo de una muerte y cientos de heridos, según informó El País.
"El hecho de que el presidente solucione el primer punto no quiere decir que se ha salido del problema, nosotros vamos a continuar", declaró el diputado indígena Pedro Nuni, uno de los líderes de la marcha, a Radio Netherlands.
La decisión de Morales "no es una garantía, porque los indígenas no quieren la suspensión de la obra sino su cancelación definitiva. Hemos dicho y repetimos, no queremos que haya esta carretera", subrayó.
Nuni también señaló a Radio Netherlands que todavía no hay una fecha para reiniciar la marcha porque primero hay que encontrar a los indígenas que figuran como desaparecidos que, según su colega Blanca Cartagena, "suman unos 20 entre adultos y niños".
Cambios en el gobierno
La polémica en Bolivia desató la convocatoria de una huelga general de 24 horas hecha por la Central Obrera Boliviana (COB), que agrupa a todos los sindicatos de obreros y la renuncia de los ministros de Defensa y de Interior del gobierno boliviano.
Ambos funcionarios dimitieron tras la crisis derivada por la represión policial del pasado domingo sobre los indígenas que protestaban contra la obra.
Mientras tanto, el presidente Morales posesionó a los nuevos ministros de Gobierno (Interior) y de Defensa, horas después de la dimisión de sus antecesores.
Morales nombró al viceministro Wilfredo Chávez como ministro de Gobierno en reemplazo de Sacha Llorenti, quien dimitió debido a las acusaciones en su contra por la intervención policial del domingo.
Mientras que, Rubén Saavedra sustituye a Cecilia Chacón en Defensa, quien ya había dimitido el lunes en rechazo a la acción de las fuerzas de seguridad.
La situación en el país suramericano comenzó hace 40 días cuando alrededor de 1,500 indígenas salieron de Trinidad, capital de Beni, en el oeste de Bolivia, hacia La Paz en demanda de sus derechos y la protección del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), amenazado por un proyecto de construcción de una carretera que dividirá en dos la llamada "casa grande" de los indios chimán, yuracaré y moxenos, según destacó El País.
Entretanto, expertos coinciden en los sucesos por los que atraviesa Bolivia representan la mayor crisis del Gobierno de Morales desde que llegó al poder en 2006, pues incluyó, además, la renuncia de un viceministro y otros funcionarios así como la pérdida de varios diputados oficialistas.