El pez león, oriundo de los océanos Índigo y Pacífico, se comenzó a observar por las costas puertorriqueñas alrededor del año 2000. Con sus atractivos colores y sus imponentes espinas y aletas, este pez desató el temor de los puertorriqueños que tanto disfrutan de las playas de la Isla, ya que las espinas que cubren su cuerpo expulsan un veneno extremadamente doloroso para los humanos.
Aunque todavía se desconoce cómo realmente llegó esta especie marina al País, biólogos e investigadores han desarrollado dos teorías. La primera apunta a que los peces leones llegaban a la zona a través de los barcos cargueros. Estos barcos tenían un compartimiento que llenaban con agua de mar para balancear el peso, se pensaba que del puerto donde salían los barcos había peces leones que se colaban en él. Mientras que la otra teoría sugiere que estos peces fueron introducidos a aguas del estado de Florida como consecuencia del Huracán Andrew en el 1992, y poco a poco siguieron navegando y reproduciéndose hasta anclar en las costas de Puerto Rico.
La realidad es que independientemente de cómo llegaron, no son los humanos quienes se ven más afectados por la presencia del pez león, si no intentan agarrarlos o acercarse a uno, este no los atacará. Sin embargo, los ecosistemas marinos del País sí están sufriendo. La cantidad de peces juveniles que se avistaban en la isla ha ido disminuyendo ya que el pez león, especie que no tiene depredadores en las costas locales, se alimenta de ellos desmedidamente.
A pesar de que la impresionante apariencia del pez león sugiere “peligro”, “no acercarse”y “no tocar”, hoy día se busca urgentemente que los pescadores los capturen y que los restaurantes costeros los cocinen para poder conservar la vida de los ecosistemas marinos de las costas puertorriqueñas.
“Come pez león”
Cuando sus tres hijas comenzaron estudios universitarios en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez (UPRM), Jannette Ramos García admiró el amor y la pasión con el que ellas hacían sus trabajos. Eso y el llamado de aportar a su patria hizo que, luego de muchos años de haberse graduado de enfermería del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), volviera a pisar su alma máter para continuar estudios universitarios, pero esta vez tomando los cursos que ella consideraba necesarios.
La actual coordinadora de la revista Fuete y Verguilla del programa Sea Grant del RUM (programa que busca conservar y usar, de manera sustentable, los recursos y los ecosistemas marinos y costeros de Puerto Rico), cuenta que una de las cosas que quería experimentar como estudiante era hacer investigaciones. Se matriculó en una clase de investigación con el profesor Manuel Valdés Pizzini y decidió trabajar con uno de los temas que siempre le apasionó, la pesca. Por su insistencia e interés sobre el tema consiguió una oferta de trabajo donde se relacionaría con pescadores.
Alrededor de ocho años después, Ramos García se encuentra a cargo de la campaña “Come Pez León”. “La única persona que está en Sea Grant trabajando con la promoción del consumo del pez león soy yo. Así que yo visito restaurantes y pescadores, los educo sobre cómo pescarlos, cómo prepararlos sin riesgos para ellos y cómo vendérselos al público. Hemos tenido buen feed back, ya en Cabo Rojo hay como cinco restaurantes que los están vendiendo”, dijo Ramos García.
Con la campaña del pez león, Sea Grant se enfrenta al reto de acabar con el miedo que se generó mediáticamente en relación con sus espinas venenosas. Ramos García compartió que muchos pescadores no los quieren pescar porque le temen a los efectos que puede ocasionar el veneno de sus espinas.
“Hay que educar a la ciudadanía que el pez león es un pez comestible que está causando estragos en los ecosistemas marinos y una forma de controlar sus poblaciones es comiéndolo. Cuando lo hagas vas a disfrutar de un pez delicioso y con alto valor nutricional”, añadió. Como también mencionó que las áreas con mayor población de este pez son Ponce, Guayanilla, Guánica, Vieques y Culebra.
Ramos García explicó que al inicio de la campaña los pescadores no querían trabajar con el pez león, pero como el precio de la libra ronda de tres dólares a cinco dólares muchos pescadores ahora se están interesando. Otro beneficio que tiene para los pescadores capturar este pez es que cuando otras especies marinas se encuentran en periodo de veda, que no se pueden pescar porque están en proceso de reproducción, vender el pez león puede ser la opción que utilicen para sustentarse.
Actualmente en Cabo Rojo hay más de cinco restaurantes que sirven pez león, mientras que en pueblos como Arecibo y Rincón ya hay restaurantes que lo confeccionan exitosamente.
Un pez bueno para la salud
Otra de las ventajas de consumir el pez león son sus propiedades nutricionales. Según una publicación de Sea Grant, redactada por Tatiana Toro Ramos, el pez león tiene mayor cantidad de grasas omega 3 (necesarias para el buen desarrollo del cuerpo humano) que algunos pescados de alto consumo en la zona caribeña, tales como el mero, el pargo rojo, el atún de aleta azul y la tilapia.
Estudios señalan que un consumo adecuado de grasas omega 3 puede disminuir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y del cerebro, entre otras.