Son las tres de la tarde de un sábado en San Juan y me canso de la nostalgia por el Modern Museum of Art de Nueva York (MOMA), siempre disponible, lleno de nuevas propuestas, y tepe a tepe con curiosos por conocer el contenido de la nueva exposición. Pienso en los lugares que me ofrece esta metrópolis caribeña y recuerdo que el Espacio 1414 abre hasta las 6:00 p.m. Allí me dirijo. La primera vez que escuché ese nombre pensé que era un acertijo que había que resolver para llegar pero, como la verdadera creatividad puede ser también literal, me dejé enganchar y acudí a una de sus aperturas. Ir al Espacio 1414 (en el número 1414 de la avenida Fernández Juncos) es exilarse voluntariamente de la mecanicidad cotidiana. No a todos los vagabundos sabatinos de la ciudad nos funcionan los centros comerciales como remedio para todo tipo de dolencia espiritual e intelectual. Algunos preferimos encontrarnos con nuestro reflejo en piezas como Untitled (50% Off), de Josephine Meckseper en la que me observo junto a bolsas de compras que representan obras de arte. Todas las bolsas de esta pieza están enganchadas de un soporte de esos de metal que utilizan en las tiendas por departamento para la ropa. Esta obra logra que mi apreciación mecánica de las tiendas se descomponga, pienso en las palabras de la curadora de la expo, Julieta González: “Las obras articulan un comentario crítico sobre la sociedad de consumo actual y el papel del artista dentro de esa maquinaria”. Resulta que aquí, en esta capital, tengo disponibles los debates sobre el mercado del arte que preocupan a artistas de todo el mundo. Más adelante, luego de salir del cuartito donde la pieza de Olafur Eliasson, Mono-frequency Lamp, me cambia los colores de la ropa y dudo de la gama de tonos que mis ojos me han mostrado toda la vida, fantaseo con centenares de niños pasando por esta sala y caigo en el absurdo. Comienzo por representar en mi mente la imagen de los ricos coleccionistas de la Isla compartiendo su caudal de piezas con el resto de los mortales, como lo hacen los dueños de 1414. Me los imagino exponiendo obras de calidad extrema, derrochando dinero para la instrucción pública, qué utopía, y la gente visitando salas y salas con arte locochón que nunca han visto: los niños riendo y los adultos conmovidos. Pero el que crea que la imagen sería otra y que las personas estarían rompiendo piezas, burlándose, etcétera, etcétera, está equivocado. Les confieso que nunca he estado de acuerdo con que el arte plástico no interese a los puertorriqueños porque es obvio que cada pared con un buen graffiti nos hace casi chocar el carro, nos levanta el ánimo caído, nos hace parar la caminata por unos segundos. Por eso no me extrañó el intenso interés de dos muchachas desconocidas cuando les conté sobre 1414 mientras terminaba de pagar unos libros en el Viejo San Juan: “Sí, tres pisos, los tres, están dedicados a mostrar obras contemporáneas. Mira, ahora mismo hay una exposición donde se cuestiona la relación entre el arte y el espectador, el que mira. En otra sala hay un vídeo tremendo donde unos performeros hacen de indígenas de un país inventado. Se visten súper ridículos, se mueven a lo ridículo, pero como están en una celda en medio del un shopping la gente se cree que son de verdad. Hay más, pero mejor vayan”, les decía. Una me pidió que le repitiera la página de Internet donde se enteraría de estos sitios y de otras actividades. Se la repetí: www.dondeveoarte.com. Sus caras interesadas me recordaron la mía cuando me enteré de 1414. De pronto, la imagen quedó clara. Este lugar, el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo de Arte de Puerto Rico, la galería La 15 y la Fundación ARWI, quedan bien cerca, se puede caminar desde las paradas correspondientes a cualquiera de ellos. Decidí que el sábado que viene me voy para el MAC, ese museo tan controvertible que últimamente tiene unas exposiciones de esas a las que uno regresa. Antes de llegar, le paso por el lado a la galería La 15. Ubicada, claro, en la Parada 15 de Santurce (cerca de varias barritas de buena muerte) ha sido concebida y gestionada por el artista José Jorge Román. La dinámica de venta de esta galería hace que el artista salga favorecido. Al artista, por ejemplo, no se le pide que cumpla con requerimientos (temáticos, estéticos) de galerías comerciales. Esta actitud de avanzada, que está tomando auge en San Juan, es crucial para el desarrollo del arte puertorriqueño actual. Tanto La 15 como el espacio 1414, uno sin presupuesto y otro con todo el presupuesto necesario, provocan la posibilidad de que podamos ver obras de artistas puertorros como Ana Rosa Rivera y José “Bubu” Negrón, más el trabajo de una retahíla de excelentes artistas internacionales que sería aburrido enumerar. Para terminar el recorrido, al llegar a casa decido ver lo último de www.thestorehousegroup.com, una galería que funciona solamente a través de la red. Para hacer una cita con el artista, hay que llamar y coordinar donde verse. Como las rentas de los espacios para exposición son caras, este grupo decidió aprovecharse de las ventajas del ciberespacio. El tiempo dedicado a los problemas de presupuesto se utiliza entonces para dar a conocer los diseños de R-Q, la fotografía de Jason Mena, los dibujos en tinta sobre papel de Efrén Candelaria y los objetos intervenidos de Karlo Andrei-Ibarra por mencionar algunos de los artistas emergentes que representan. También visitan ferias de arte, como nuestra bien querida CIRCA donde algunos de los artistas llamaron la atención de coleccionistas y galerías. De eso se trata. Finalmente, abro un libro de Warhol. Le gente de Taschen no sabe el favor que nos hace al rebajar ad infinitum los precios de estas joyas. De hecho este libro lo conseguí en el MAP@PLAZA donde por poco me desmayo al observar la meticulosidad de las piezas de Lichtenstein. (Hay que mencionar que la idea de establecer un museo en un centro comercial es más que soberana). Como decía, abro el libro. Lo primero con lo que me encuentro es el boceto de una de las latas Campbell´s de Warhol a la que el genio no le dibujó en la etiqueta su contenido. Ya las veo. Serigrafías de la serie Escenas del Arte. Escena del arte: La Habana, Escena del Arte: San Juan, Escena del Arte: Tegucigalpa, Escena del Arte: Londres, todas colgadas en el MAP. Es hora de cerrar los ojos. Ha sido un buen día.
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