El escritor Rafael Franco-Steeves tradujo el año pasado la antología de cuentos Llegaron los Hippies de Manuel Abreu Adorno. Ésta se publicará este año en una edición bilingüe por la editorial Siete Vientos. La antología no se publica desde el 1978 y sin embargo ha sido un texto fundamental para las nuevas generaciones de escritores de la década del 1980 en adelante.
Manuel Abreu fue uno de los escritores jóvenes más impactantes del final de la década de los 1980. Sus obras son la antología de cuentos Llegaron los Hippies (1978), la novela No todas las suecas son rubias, y el poemario Sonido de lo Innombrable; estas últimas publicadas póstumamente por el Instituto de Cultura de Puerto Rico en 1991.
Rafael Franco-Steeves ha publicado la antología de cuentos Alaska (2007) por la que recibió el Primer Premio Anual de Cuento del Instituto de Cultura de Puerto Rico en 2006 y el segundo lugar en el Premio Nacional de Cuento del PEN Club en el 2009. Su novela El peor de mis amigos, que obtuvo muy buena acogida de la crítica, se publicó en 2007.
BERB: ¿Rafa, hace cuánto traduces?
RFS: Traduzco como desde High School, aunque no lo tomé en serio hasta mucho más tarde.
BERB: ¿Cuál fue el primer texto literario que tradujiste?
RFS: Los primeros fueron mis propios cuentos. Todavía tengo libretas en las cuales transcribía las traducciones de algunos cuentos con la intención de someterlos a publicaciones. Pero, a fin de cuentas, la pereza y las ganas de seguir escribiendo cuentos originales me impidieron culminar estas traducciones.
BERB: ¿Cuántos textos literarios has traducido?
RFS: Hasta la fecha he estado envuelto en varios proyectos de traducción literaria. Mi primera traducción para publicación fue una edición del poeta Willie Perdomo. Fue una edición bilingüe a cargo de Mayra Santos. Por aquella época, a principios de los 2000, Mayra y yo compartimos al mismo agente literario, Tom Colchie, y por eso colaboré con ella. Luego, traduje la segunda novela de Mayra, Cualquier miércoles soy tuya, en colaboración con Stephen Lyttle.
Si mal no recuerdo, nunca lo conocí, sino que todo se hizo a través de Colchie.
BERB: ¿Cuándo pensaste en traducir a Manuel Abreu Adorno?
RFS: Siempre he soñado con traducir a Abreu al inglés y a Richard Brautigan al español. La formación de la editorial Siete Vientos en Chicago me funcionó de motivación necesaria para emprender el proyecto.
BERB: ¿Por qué traducir a Manuel Abreu?
RFS: Porque me gusta, porque creo que debería tener difusión en inglés. No sólo es Abreu precursor del McOndismo, sino que, hasta donde se, su libro de cuentos marca la primera ruptura conceptual con el compromiso social con el que muchos autores de generaciones anteriores se sintieron vinculados. En mi educación sentimental en torno a la literatura, es el primer autor puertorriqueño que me ayuda a reconstruir la Isla no sólo como un inmenso campamento colonial, sino como una geografía personal compleja que va más allá de los confines sociopolíticos que marcaron nuestra literatura en el siglo XX.
BERB: ¿Cómo ha influido Manuel Abreu en tu escritura?
RFS: Abreu es un escritor con un sentido metafórico muy desarrollado. Su poesía en particular ha influido mucho en mi producción poética. Además, su estilo coloquial siempre me pareció que le proporcionaba a su escritura una frescura, una inmediatez muy efectiva.
BERB: Cuéntame del proceso de traducir a Abreu:
RFS: Qué te puedo decir, fue una traducción difícil, ya que sus textos tienen una simpleza engañosa. A pesar de ser textos de fácil lectura, están compuestos de recursos retóricos y literarios complejos. La relación de las palabras y sus metáforas siempre intersecan y obtienen muchos matices. Asimismo, su uso de los tiempos verbales puede ser muy elevado, como en el segundo cuento de Llegaron los hippies “Sentirse, hallarse, ser”. Los tiempos verbales y el reflexivo ahí son complicados. Al traducirlo hay que tener en cuenta todas esas consideraciones.
Por ejemplo, en el cuento “Llegaron los hippies”, la repetición, la cadencia, es bien deliberada, bien específica y reproducirlo en inglés es difícil porque éste tiene otra cadencia y no puede conservarse todo. Hay que tomar unos riesgos. Básicamente opto por el inglés y su cadencia porque quiero hacer el texto accesible en ese idioma.
Abreu acierta en su selección del lenguaje para crear matices, traducirlo es un reto porque uno quiere conservar los matices del original. Sin embargo, hay que tomar en consideración las particularidades del idioma al que se traduce y llegar a un “happy medium”.
El cuento experimental de “La verdad sobre Farrah Fawcett Majors” es un proceso entrópico inverso y fue el más difícil. El cuento imita el acto de la masturbación, en ese sentido va desde un desorden a un orden último que es el orgasmo. La última oración es el orden; ésta se divide en componentes a través del cuento y por eso digo que es entrópico al inverso, pues va del desorden al orden.
Mientras que esa única oración va del desorden al orden, va acomodándose de la manera que es y hay que velar por los ritmos y las cadencias. De ahí que la tradujera al inverso, empezando por la oración final, para usar los mismos componentes de la oración a través de todo el texto. No podía usar sinónimos, había que traducir esa oración, romperla en pedazos y distribuirlos como los distribuye el original. Lo traduje del fin al principio porque sospecho que se escribió de esa manera. Sin embargo, el español tiene una idiosincrasia y unos elementos, como por ejemplo los artículos, que no tiene el inglés y ahí radica una de las muchas dificultades al traducir este cuento.
La nueva edición se presentará en la segunda mitad de este año. Seremos muchos los que la esperemos con ansias.
La autora es ensayista y profesora de literatura.