Odié Ready Player One. Realmente hace tiempo que no iba al cine y me sentía tan desesperado porque llegara el fin de un largometraje.
Ready Player One es un filme divertido si uno es un “gamer”, un “geek”, un ochentoso adicto a la nostalgia, o un niño de diez años. Aparte de las personas mencionadas, los demás encontraremos que Ready Player One es un vomito de nostalgia insoportable.
La película comienza en un mundo distópico en el 2045. Nos explican que la sociedad se ha deteriorado luego de varios conflictos, y que las personas eligen escapar de sus realidades al vivir en un mundo cibernético llamado Oasis. En esta ciber-sociedad, los jugadores pueden decidir sus identidades, escoger su apariencia física y ser la criatura que deseen. Oasis también les ofrece la oportunidad de ganar premios, incluyendo dinero, que los individuos pueden utilizar en su vida real.
El personaje principal es un joven huérfano llamado Wade Watts que vive obsesionado con Oasis y su creador. Este joven, la mayoría de los integrantes de Oasis y los representantes de una compañía que desea lucrarse, intentan encontrar y derrotar varios retos que el difunto creador del lugar les dejó con el fin de ser los nuevos dueños del cibermundo y heredar su fortuna. En una oración, podemos describir el filme como una versión de Willy Wonka (1971) en un videojuego.
Oasis no parece tener límites y el filme cuenta con la apariencia de varios personajes de la cultura popular, particularmente de los años 80. En una sola escena, aparecen referencias a Child’s Play (1988), Back to the Future (1985), y Akira (1988) entre muchos otros. Es entretenido identificar todas estas referencias a la cultura popular y ver estas viejas figuras interactuar, pero con una duración de dos horas y veinte minutos, la trama deja mucho que desear.
El filme está basado en la novela homónima de Ernest Cline. Es una obra posmodernista que toma varios personajes prestados y juega con la cultura popular que muchos conocemos para crear un pastiche de memorias para todo aquel que vivió los años 80 o lo ha visto en videos. Como novela, es más innovadora que lo que presenta esta película.
Por el contexto histórico que vivimos, se entiende que muchos queramos huir a un mundo como el que presenta Ready Player One. Al parecer, el director Steven Spielberg está un poco nostálgico ya que tuvo muchos filmes familiares que eran muy aclamados, sin embargo, sus últimas producciones – The BFG (2016) y The Adventures of Tin Tin (2011)– no le llegan a los tobillos a pasados clásicos como E.T. the Extra-Terrestrial (1982), y The Goonies (1985), un filme que escribió y produjo.
Ready Player One es sin duda su peor trabajo como director desde Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull (2006).
También encuentro que hay una discordancia con lo que el filme intenta hacer y su mercado. La película incluye varias referencias a cultura popular del pasado, pero con una trama centrada en videojuegos que solo los gamers disfrutarán. ¿Para quién es esta película?
El elenco incluye a Tye Shreridan en el rol protagónico de Wade Watts, Mark Ryland, Simon Pegg y Olivia Cooke. Usualmente escribo mucho sobre las actuaciones de un filme, pero aquí encontré que sencillamente no hay suficiente carne para poder hablar. En general, todos actuaron bien, pero Ryland fue el único que se destacó levemente entre ellos por su rol como el creador de Oasis.
Los efectos especiales también tienen resultados mixtos. Más de la mitad del filme toma lugar en el mundo cibernético, así que los personajes que vemos la mayoría del tiempo son los avatares de personajes del mundo real. Aparte de ser feos, los personajes parecen gráficas de un juego de PlayStation 3 de hace diez años. Las escenas de acción sí usan los efectos inteligentemente. Las escenas de la carrera y la escena cuando los personajes entran en una película de horror clásica son particularmente impresionantes y divertidas.
La acción tampoco inspira mucho suspenso porque la mitad de ella toma lugar en el mundo virtual, y la otra en el mundo “real”. El punto culminante se siente poco equilibrado e imagino a muchos en el cine deseando que los cineastas se hubiesen concentrado en uno de los dos.
Este es el filme para todo aquel que celebra al oír referencias a video juegos como Street Fighter (1987) y series como Mobile Suit Gundam Wing (1979). Para todos aquellos que no conocemos tal referencias, que superamos los videojuegos a los 14 años, o que sencillamente no nos importe la cultura popular de índole geek, Ready Player One es dos horas y pico de tortura a nuestras pupilas y una nauseabunda experiencia que debe ser evitada.