Al navegar por las corrientes ‘verdes’ del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y ponerlas en contraste con las aseveraciones que profesa el portal electrónico de Recinto Verde, se puede constatar que el panorama se torna aún más ambiguo.
Para enmarcar el origen de las iniciativas eco-amigables del campus riopedrense, cabe mencionar que se hace alusión a estas, primeramente, en la
Política Ambiental de la UPR que data del 1996. Posteriormente se mencionan en las plataformas como
Diez para la Década y
Visión Universidad 2016, al igual que en certificaciones hechas por la Junta de Síndicos que estipulan, entre otros aspectos, la creación de políticas de ahorro energético.
A continuación, los hallazgos encontrados sobre medidas y esfuerzos relacionados al consumo de energía del Recinto de Río Piedras, el cual ronda en un promedio mensual de 1.3 millones de dólares.
Ahorro energético
La Universidad de Puerto Rico (UPR) cuenta con una
Política Energética, creada por la Junta de Síndicos en el 2008. La misma fundamenta sus bases en “reducir el consumo de energía y su costo, requerir prácticas de edificación sustentables aumentando la eficiencia energética en los edificios”, entre otras, a lo que además afirma que “la Universidad iniciará las acciones necesarias para lograr una mayor independencia energética mediante la autogeneración de energía”. Asimismo, la Política delega la responsabilidad de su implementación al Presidente de la UPR y a los Rectores y Rectoras de cada recinto.
A tales efectos, la mencionada Política fue puesta en vigor en el 2009 por el entonces presidente de la UPR, Antonio García Padilla. El documento de 11 páginas, titulado
Normas para la Implantación de la Política Energética, detalla las responsabilidades que le compete a cada recinto en la implementación de prácticas que contribuyan a ahorro energéticos.
De lo que se puede destacar de las mencionadas Normas, estaba estipulado que para el año fiscal 2010-2011 cada recinto redujera su costo energético un 20%. No obstante, al cierre de este reportaje, Diálogo no pudo constatar si efectivamente esta meta fue alcanzada.
Otros dos aspectos que resaltan en el documento son, primeramente, que a no más tardar del 30 de junio de 2010, cada recinto debía entregar a la Junta de Síndicos su Plan Estratégico de Independencia Energética. El segundo aspecto que reluce es que cada Rector o Rectora debía designar un “gerente de energía en su unidad, y cuya responsabilidad principal sería gestionar el desarrollo y la implantación del plan de administración de energía”.
En relación a ello, David Carrasquillo, vicepresidente del Consejo General de Estudiantes, confirmó que ambas normas no están siendo cumplidas por el Recinto de Río Piedras, dado que el puesto de gerente de energía no ha sido creado ni tampoco el informe que debía ser entregado en junio del pasado año.
Carrasquillo abundó sobre el tema en cuestión expresando que en noviembre del 2010, el Comité de Eficiencia Fiscal, cuerpo estudiantil interdisciplinario creado con el propósito de buscar alternativas económicas para el recinto riopedrense, publicó un
Informe sobre Recinto Verde. En este, investigaron distintos proyectos, propuestas y posibilidades que podrían ser incluidas bajo dicha plataforma.
Destacó que bajo su investigación, indagaron la viabilidad de instalar placas solares en los techos de diversos edificios del Recinto. Se dispusieron a medir las superficies de varios de estos, logrando constatar medidas precisas y calcular cuántas placas podrían ser instaladas en cada techo.
Respecto al tema de placas solares, Brenda Martínez, profesora de la Escuela de Arquitectura, afirmó que ya en el techo de dicha estructura se instalaron 77 placas fotovoltáicas. Esta y otras iniciativas ‘verdes’ de la Escuela, como un sistema de reciclaje propio, cursos de diseño sostenible, entre otros esfuerzos, están dirigidos a conseguir ser acreditados como edificio Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), reconocimiento que ofrece el U.S. Green Building Council. Lo que resta para logar la certificación es que la administración universitaria le apruebe a la Escuela la posición de comisionado, persona que, entre otras responsabilidades, estaría encargada de verificar los sistemas del edificio relacionados con la energía y cuya plaza es requerida para que la Escuela sea acreditada como LEED.
Un proyecto que cabe destacar de la Escuela de Arquitectura es su Casa Solar, la cual representó a la UPR en una competencia en Washington D.C. en el 2007. No obstante, según Martínez, la misma se encuentra en estos momentos en los predios del edificio sin utilidad alguna, dado que su techo tiene unas filtraciones que deben ser arregladas. De esto ser posible, la casa podría usarse como herramienta didáctica, tanto para cursos universitarios como para disponerla de exhibición a la ciudadanía. De la misma forma, la casa se podría conectar a la Escuela para suplirle energía, pues ésta también cuenta con paneles solares que estos momentos no están en uso. La profesora afirmó que la administración universitaria apoya esta iniciativa y que en estos momentos se disponen a identificar fondos para invertir en los arreglos de la Casa Solar.
Martínez explicó que una complicación que tiene el Recinto en términos de ahorro energético recae en que pocas edificaciones tienen contadores de luz. Debido a ello, no hay forma de medir cuánta energía gasta cada unidad en el campus, y por ende, no hay registros de los cuales se podrían construir planes de reducción de gastos energéticos. No obstante, la profesora expresó que para efectos de la acreditación LEED, al edificio de Arquitectura se le instaló un contador de luz. La profesora opinó que las iniciativas ‘verdes’ que está generando la Escuela deben ser emuladas en todas las estructuras del Recinto. Comentó, además, que antes de pensar en alternativas renovables, se consideren asumir medidas de ahorro energético que no incurran en gasto alguno, como el mantenimiento de equipos electrónicos, al igual que el monitoreo remoto de los aires acondicionados y luces de edificios, dado que se supone que la Universidad cuente con dicho sistema.
Un Recinto iluminado
El campus riopedrense durante la noche posee un encanto taciturno, pero al mismo tiempo, infunde cierto miedo el pensar que en cualquier penumbra, una sombra esté acechando para quebrantar la seguridad nocturna. En las pasadas semanas, el Recinto de Río Piedras ha sido escenario de diversas agresiones contra miembros de la comunidad universitaria. Dado el caso, la iluminación nocturna del campus juega un rol crucial en la seguridad del mismo.
En sendos recorridos realizados por Diálogo un martes a las 9:30pm y un domingo a las 10:00pm, se pudo percibir que, pese a que hay sistemas lumínicos que son cruciales mantenerlos encendidos, varias edificaciones no ameritan estar iluminadas durante el período nocturno.
A continuación, algunas imágenes que ilustran dichas edificaciones durante el recorrido nocturno por el campus riopedrense.
El área de los restaurantes de comida rápida del Centro de Estudiantes permanece encendida durante toda la noche, a pesar de estar cerrada y en desuso.
A la izquierda, un pasillo de la Escuela de Comunicaciones, edificio que permanece cerrado después de las 9:00 de la noche. No obstante, sus luces permanecen encendidas después de esta hora. A la derecha, una sección de la Facultad de Humanidades que, de igual forma, está cerrada, pero sus luces permanecen encendidas.
Durante el recorrido, se pudo percibir que la mayoría de las bombillas en las edificaciones universitarias son fluorescentes, las cuales están supuestas a ahorrar más energía que las bombillas de tungsteno.
Las luces de la biblioteca Lázaro permanecen encendidas aunque ésta no se encuentre abierta los domingos tarde en la noche. De igual modo, durante el recorrido, se pudo apreciar otras bibliotectecas, como por ejemplo, de la Facultad de Ciencias Naturales y el seminario de Filosofía (abajo), que permanecen encendidas aunque estén cerradas.
En la facultad de Ciencias Sociales, la Placita de los Vientos y los pasillos se puede justificar que permanezcan encendidos. Sin embargo, las oficinas del segundo piso también permanecen encendidas aunque no estén usándose.
Este es el segundo de una serie de reportajes sobre el estatus actual de Recinto Verde. Para acceder al primero pulsa aquí. Para ir al tercero, pulsa acá.
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