Confieso que gran parte de mi tiempo lo invierto escuchando música y analizando el próximo disco que debo comprar. He llegado al punto donde prefiero invertir mi dinero en música que en ropa.
Esta experiencia se vuelve más gratificante cuando tienes amistades que están igual de obsesionados. Vas a la casa de un amigo, por ejemplo, y tan pronto llegas, desesperadamente te pone el disco que se acaba de comprar. Luego, las conversaciones sobre música se vuelven interminables y se transforman en un compartir intenso.
Y es que la manera en que consumimos música hoy día ha cambiado considerablemente. Plataformas como Spotify, Bandcamp y Pandora nos dan acceso casi ilimitado a música de cualquier parte del mundo y a cualquier artista independiente. Para los que prefieren lo tangible, permanecen –y hasta han regresado– una variedad de formatos musicales como el digital, el disco compacto y el vinil.
En tan solo tres meses el 2017 nos ha obsequiado varias producciones discográficas con el potencial de mantenernos conectados a nuestros audífonos por horas. Hoy tengo la humilde intención de contagiarlos con mi obsesión por la música. Aquí les comparto cuatro de mis discos favoritos en lo que va de año.
- The Navigator, de Hurray for the Riff Raff
Hurray for the Riff Raff es una banda liderada por Alynda Segarra, joven puertorriqueña nacida en Nueva York. A sus 17 años se trasladó a Nueva Orleans y allí forjó su estilo musical, compuesto mayormente por el folk, blues y rock.
En su sexta producción discográfica, Segarra nos obsequia un álbum conceptual que cuenta la historia de Navita. Este relato refleja un paralelismo con la vida de la artista, quien abandonó la Gran Manzana a temprana edad y viajó de tren en tren en búsqueda de su identidad.
La primera parte del disco describe la travesía de Navita luego de haber partido de la metrópolis neoyorquina, mientras que la segunda inicia con ‘Rican Beach’, donde Navita, al regresar a su hogar citadino, no reconoce los alrededores.
Por otro lado, e inspirada en el movimiento social puertorriqueño de los Young Lords, Segarra nos ofrece el tema ‘Pa’ lante’. Este sencillo es un grito para luchar y batallar, y simultáneamente un retrato emocionante y para pelos de la realidad de los puertorriqueños en Estados Unidos. En el tema, los versos del poema Puerto Rican Obituary de Pedro Pietri se funden a mitad de canción para prepararle el camino a la invitación de Segarra: ¡Pa’ lante!
Mientras, en ‘The Navigator’, la cantante encuentra su identidad como puertorriqueña y reconoce nuevamente su ineludible labor de servir como voz para los marginados, incluyéndose.
Y es que Segarra se vale de la historia de Navita y de Alynda para contar la de muchos boricuas que viven en Estados Unidos. No eres puertorriqueño porque no naciste en la isla y porque no hablas español, pero tampoco eres estadounidense porque tienes una cultura distinta.
Este álbum, en fin, es para aquellos puertorriqueños que no saben que son hijos de Borinquen y que se encuentran navegando identidades, pero también para todos –más allá de los puertorros– que quieren luchar por su cultura y contra las desigualdades.
- Life and Livin’ It, de Sinkane
Sinkane es el alias del sudanés Ahmed Gallab, quien en febrero lanzó su sexta producción discográfica, Life and Livin’ It. A todas luces, es un proyecto que busca celebrar la vida y la música en sí. Desde el saque se puede palpar la mezcla de estilos musicales que el artista africano trae a la mesa como el jazz, funk, afro-pop y el krautrock.
Sinkane tomó varias pociones mágicas para lanzarnos un hechizo de 38 minutos. El tema ‘U’Huh’ envía un mensaje sencillo y repleto de optimismo con el estribillo –tanto en inglés como en árabe– de que todo estará bien.
En ‘Passenger’ las notas del saxofón te agarran y no te sueltan mientras Sinkane describe su propio viaje, del cual no tiene control alguno. Sin embargo, lo que más se destaca del álbum es el frenesí musical que garantiza un rápido contagio. La magia del disco, además, se ciñe en la dificultad de etiquetarlo bajo un solo género.
Con una producción y sonido impecable, Life and Livin’ it evoca lo positivo de vivir. Y qué mejor manera de pasar los días que con música seductora y electrizante.
- Cubafonía, de Daymé Arocena
Es incuestionable que la gran mayoría de la música que sale de Cuba es de gran calidad. Ciertamente, Daymé Arocena forma parte de la nueva cosecha artística cubana, y con su potente voz se perfila como una de las artistas más importantes de la música contemporánea.
En Cubafonía, Arocena proyecta su música afrocubana con elementos rítmicos propios del jazz, pop y bolero para crear una obra que desborda elegancia. En uno de los temas destacados, ‘Mambo na’ má’, Arocena demuestra su dominio en la fusión sonora con un mambo acompañado por elementos del swing.
En ‘Cómo’ –un tema con elementos de música pop– Arocena da rienda suelta a su voz para relatar las desavenencias de un intenso desamor. No hay una mejor manera para cerrar el disco que con un changüí de Guantánamo en el tema ‘Valentine’. Entre el español y el inglés, Arocena celebra a Cuba, su espiritualidad santera y su excelente proeza consagrada en Cubafonía.
- Everything is Forgotten, de Methyl Ethel
En los pasados años hemos recibido una gran cantidad de grupos de Australia influenciados por la psicodelia sesentona, siendo Tame Impala el exponente más popular actualmente.
No obstante, los miembros de Methyl Ethel, oriundos de la ciudad de Perth, logran capturar en su más reciente disco su propia identidad dentro del dream pop, con elementos del rock psicodélico.
Canciones como ‘No. 28’ atrapan al oyente en un tipo de dimensión sónica en donde solo existen supernovas y escasea la gravedad. En ‘Ubu’, el bajo es el catalizador del tema, mientras que el cantante Jake Webb apela a la confusión y a la inseguridad. Otras canciones destacadas lo son ‘Femme Maison/One Man House’, ‘Hyakki Yakō’, ‘Weeds Through the Rind’ y ‘Schlager’.
Otros discos destacados: Process, de Sampha; Everybody Works, de Jay Som; Not Even Happiness, de Julie Byrne; Drunk, de Thundercat; y I See You, de The xx.