La semana pasada abrió en el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR) la exhibición “Resonancias”, auspiciada por el programa de la Beca Lexus para artistas. La muestra, diversa tanto en discursos como soportes, contó con los trabajos de los ganadores de la última edición: Julio Amill Martínez, Tari Beroszi y Omar Velázquez Román. Diálogo realizó un recorrido para auscultar la obra de estos tres artistas puertorriqueños en su conjunto.
En “La espera”, de la fotógrafa Tari Beroszi, vemos una pared cubierta por un collage de fotografías en las que sobresale el color rojo. Frente al collage se observan dos sillas vacías colocadas sobre un espejo y encima de una de las sillas hay un vestido rojo. Beroszi, a pesar de no haber incorporado en sentido literal una intervención sonora, utiliza sus piezas fotográficas para crear imágenes sonoras.
“El medio fotográfico no es utilizado de la manera tradicionalmente esperada, o sea, como un documento que imita la realidad. Las imágenes que presenta La espera más bien sugieren algo, y no necesariamente lo describen. Hay mucho de abstracción y de movimiento. Se trata de crear una atmosfera, eso es lo que quiero lograr”, expresó la artista en un aparte con este medio.
Por su parte, Julio Amill Maldonado, artista plástico oriundo de Guayama –preocupado por la amenaza de que es blanco la zona kárstica del País– fue visitando nuestro sistema de cuevas e investigando sobre ellas. Durante cinco años estuvo estudiando estos espacios de la región kárstica de Puerto Rico en el momento en que esta se veía amenazada tanto por el proyecto gubernamental rosellista del “Supertubo” como por la posible construcción de unos molinos de viento en Guayanilla.
“Cada fin de semana me encontraba explorando las cuevas de la Isla. No comencé mi investigación pensando en crear obra a partir de ello. Dos o tres años después me di cuenta de que poco a poco había creado un cuerpo de obra sobre las cuevas”, comentó el artista. En sus estudios, Amill aprendió sobre la importancia que tenían estos espacios para nuestros ancestros taínos, quienes los veían como una madre protectora. Esto también influyó en la creación de la obra que observamos en la muestra. Se trata de piezas de papel cartón bañadas en cera para semejar la piel humana (la cueva como cuerpo). Estas van colgadas del techo como si estuvieran organizadas bajo una columna vertebral. Mientras, en la pared contigua se exhiben fotografías de las cavernas y una composición musical sobre el sonido ambiente que se escucha dentro de estas.
Nuestro recorrido culminó con la obra “Pariah”, de Omar Velázquez Román. Se trata de una instalación interactiva que el propio artista catalogó en la presentación anterior a la apertura como una de “rebeldía, destrucción y confrontación”. En la obra de Velázquez Román es recurrente el uso de materiales que se descartan como “basura”, así como referencias musicales –generalmente en torno al metal o al punk– y sociopolíticas.
En “Pariah” encontramos dos puertas de cristal que parecen haber recibido pedradas, quizás de manifestantes. En una de estas puertas vemos pasquines de un cerdo asado. El artista utilizó como referente la xilografía de Dennis Mario “Perfil de un opresor” en la que se observa el retrato de un cerdo con uniforme policiaco. En el medio de la sala se ubica una paila intervenida que carga lo que parece ser un pedazo de valla de policía con biombos azules LED sobre ella. En el extremo izquierdo de la sala se observa una puerta de madera partida en dos. Finalmente, al fondo a la derecha se encuentra una guitarra eléctrica Flying V conectada a un amplificador. Se utiliza el elemento musical para hacer alusión al vínculo que tuvo, por ejemplo, el punk desde sus inicios con las luchas sociales.
La obra articula un discurso crítico dirigido al aparato policiaco y los cuerpos represivos estatales. Tal y como expresó el artista: “Aquí, el género musical está orientado al pensamiento e ideas filosóficas y políticas relacionadas con anarquismo, comunismo, ecología y sociedad. Por otra parte, posee una tendencia por lo oscuro y sombrío, las críticas sociales y los puntos de vista antimilitaristas. El biombo es representativo de los sistemas de ley y poder que generan una problemática en torno a los derechos civiles de la ciudadanía, mediante el uso de fuerza excesiva y el abuso de poder”.
“Pariah” es, más que un comentario, un grito ante la injusticia y la desigualdad a la que somos sometidas y sometidos a diario bajo un sistema devorador. En suma, invita a la movilización y a la lucha. “Resonancias’’ estará abierta hasta el 17 de mayo.