“La simulación de algo que en realidad nunca existió”
–Jean Baudrillard
Tenemos un problema, es sumamente excepcional, en cuanto a su rareza. Hemos encontrado la canción inencuentrable.
¿A qué te refieres? Si la has encontrado, es porque sólo se mantenía escondida. Pero si fue posible encontrarla, sólo significa que nadie buscó lo suficiente.
No. Es la canción inencuentrable. En teoría no debería de poder ser encontrada, ya que no puede ser, es la canción que no debe existir.
Pero, estás hablando irracionalidades. Sabes que ese tipo de lenguaje no es permitido dentro de los parámetros. Cuídate de lo que piensas, así no hablarás lo incorrecto.
Sí. La hemos encontrado. La he podido observar con mis propios ojos, la he podido murmurar por entre mis labios. La he conocido y he aceptado. Es ahora, quien reemplaza a mi amante.
Temo que tendré que escuchar su observación, aunque luego sea muy tarde para considerarla inocente.
Conozco mis riesgos. Estoy de acuerdo con ser castigado. Es menester. Es obligatorio. No puede persistir en ser ignorado.
Respirando profundamente, evitando entregarse al pánico que ataca toda sinapsis neural, se decide a contar.
Hemos encontrado, como previamente traté de transmitirle, hemos encontrado la canción sin notas. Es perfecta. Está compuesta de sólo música, sólo canción. Existe sin existir, existe sin representación, no tiene notas. Ni arpegios, ni acordes, ni blancas, corcheas. No comienza en Sol o en Fa, tampoco en alguna oscura nota de medio tiempo. No comienza más que en sí misma. No puede ser replicada más que por ella misma. Es la canción pura. Es la canción de lo real.
Hablas mentiras. Las canciones sólo pueden ser puramente signos de sí mismas. No son comprensibles más que en representantes de sí. No puede ser plasmada más que en escalas, en tablaturas, es musicología. Sólo así y sólo si es así, podría existir.
Le cierran la puerta en su frente. Negados a escuchar su voz, pierden la oportunidad de escuchar la melodía sin fenómenos. La melodía del ahora, del instante.
Le cierran la puerta y el cierra sus ojos. Escucha lo que todos pretenden no poder escuchar. Sonríe. Ha tocado la puerta incorrecta. Siente lágrimas que empujan sus párpados desde adentro, las libera. Es natural, es lo esperado. Llora sin gemir, sin suspiros, sin sollozos. Retrocede a su casa. Mañana tocará otras puertas.
La provincia se encuentra como siempre en silencio, sólo tocan las distantes notas, las irreales baladas, las existentes, observables, obviadas alabanzas, audiciones escritas, creadas, formadas. Las canciones manifestadas por diseñadores fuera de sí mismas. Los cánticos creacionistas. Imposibilitados de existir fuera del lenguaje, de los símbolos, el tan terrenal escribir.
(En un puerto)
Esto, ya no será un problema. Ha sido reportado. Ya conocen su existencia. Ya.
Enrolla en un documento con aspecto de reliquia. Lo introduce en una botella de vidrio verde azulado. En una boquilla mohosa, fuerza el corcho. Le da un beso casi sin tocarla y le permite conocer al mar.
Nos vemos.