Hace poco más de un mes en la página digital de El Vocero, subieron un artículo que se titulaba “Santa Rita: Tierra de nadie”. Decir que Santa Rita es tierra de nadie es un poco exagerado. El problema que mucha gente tiene con Santa Rita es que es tierra de muchos: de universitarios, gente en precariedad económica, inmigrantes, deambulantes, gatos callejeros, uno que otro comerciante y algunas de las pocas librerías del país. Santa Rita es el ‘refugio’ de lo que muchas veces es marginado o trata de marginarse del resto del país (sea “bueno” o “malo”).
No es tierra de nadie, es el recycle bin del imaginario social colectivo de las personas que se tragaron el cuento del Estado Libre Asociado (ELA), de las utopías, del desarrollo acelerado y sin planificación y de los que consumieron muchas caricaturas cuando pequeños. Santa Rita es caminable (cosa que no sucede mucho en este País); cuando se camina la vives porque te paras en frente de cada lucha social del País. Háblame de edificios abandonados y te hablaré de Santa Rita, háblame de gente muriéndose de hambre, te hablaré de Santa Rita, háblame de racismo, te hablaré de Santa Rita y háblame de recortes presupuestarios y te hablaré de Santa Rita.
La criminalidad es solo un pequeño aspecto de lo que ocupa este “precinto”. Entre los grafitis en las edificaciones más viejas, los gritos de estudiantes al ser golpeados por la policía por ejercer su libertad de expresión (estemos de acuerdo o no con las causas), entre los anaqueles de libros que han leído todo el mundo y entre los que nadie ha leído ni leerán jamás y entre los asbestos que nos rodean a todos nosotros; viven los socialmente profanos: inmigrantes, homosexuales, negros, deambulantes, adictos, lectores, disidentes, artistas, performeros. Reducir a Santa Rita a una mera frase (“Tierra de nadie”), es lo más simplón del mundo. Santa Rita es el reflejo, sin filtro alguno, de los alcances y percances que tenemos en este país.
El autor es estudiante del Departamento de Sociología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.