El virus del Ébola ronda las tierras del continente africano arrebatando cientos de vidas desde el 1976. Sin embargo, no fue sino hasta este año, cuando tres norteamericanos que viajaron a Liberia y se contagiaron con la enfermedad, que el tema tuvo un gran auge mediático en Estados Unidos.
La preocupación de que la enfermedad, que según la Organización Mundial de la Salud (OSM) tiene una tasa de mortalidad de 90 por ciento, alcanzase rango de pandemia, elevó en alerta máxima los niveles de ansiedad de la población occidental. Se aduce que esta situación pudo haber acelerado la búsqueda de un remedio para combatir esta condición para la que no ha habido cura.
Desde que se detectó el primer caso en el 1976 se han dado dos brotes simultáneos en Nzara (Sudán) y Yambuku (República Democrática del Congo). La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río Ébola, que da nombre a la enfermead. La temible condición, desde su aparición, ha cobrado la vida de sobre 2,000 personas en África.
Lynnette Rodríguez, epidemióloga y profesora del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, explicó a Diálogo que se cree que ese virus provino de los murciélagos, pero aún no hay evidencia que lo confirme, ya que el primer caso ocurrió hace tantos años que no se sabe a ciencia cierta cómo esa persona se infectó.
Lo que se conoce sobre el Ébola, hasta ahora, es que el contagio entre humanos se produce a través del contacto con fluidos como la saliva, vómitos, sangre, heridas abiertas, orina o semen de una persona infectada.
Sus síntomas son: fiebre, dolor de cabeza, dolor en los músculos, debilidad, diarrea, vómitos, dolor abdominal y falta de apetito. De acuerdo con la doctora Rodríguez, muchas veces el paciente desconoce que tiene esta enfermedad porque los síntomas son similares a otras enfermedades. No obstante, las manifestaciones más graves y distintivas del Ébola son las hemorragias internas que causan sangrados en ojos, oídos, nariz, genitales y ano.
De acuerdo con Rodríguez, cuando una persona se infecta con este virus no presenta los síntomas inmediatamente, porque hay un periodo de incubación que puede ser tan corto como dos días después de contagiarse o tan largo como 21 días. Sin embargo, lo más común, es que sea de ocho a diez días.
“Una vez empiezan los síntomas es que el paciente tiene la habilidad de infectar a otras personas”, explicó Rodríguez.
Un tratamiento experimental
Hasta el momento, el Ébola no tiene cura, pero un tratamiento experimental realizado en Estados Unidos a dos médicos norteamericanos ayudó a salvarlos de la enfermedad. En este momento se sigue investigando la procedencia del virus para ayudar a mejorar las opciones que podrían representar los posibles antídotos.
Según la epidemióloga, desarrollar un medicamento o una vacuna para una enfermedad es un proceso extenso que consta de una serie de etapas. El posible tratamiento se prueba primero en animales y luego en humanos.
“Hay una serie de pasos que están diseñados para proteger a las personas, porque lo que es bueno en animales, quizá no es bueno en personas”, mencionó Rodríguez.
En la primera fase se prueba –en animales– la seguridad del medicamento, se busca conocer cuál es la dosis segura y cuáles son los efectos secundarios. En la segunda fase se prueba la droga desarrollada en pocas personas para ver si es efectiva. La tercera fase es confirmar su efectividad en más personas.
La doctora Rodríguez indicó que el tratamiento que se utilizó con los doctores norteamericanos todavía está en las primeras fases de prueba. Aparte de que los investigadores aún no están seguros que esa haya sido la cura, tampoco hay grandes cantidades de dicho medicamento para muchas personas.
“Con estas dos personas se experimentó y se tomó un riesgo. La eficacia de este tratamiento se encuentra en investigación porque el hecho que haya funcionado con dos personas no quiere decir que vaya a funcionar con otras”, aseguró la doctora.
Ante el riesgo de utilizar este medicamento experimental, la OMS se reunió de emergencia para discutir si era ético probarlo en los doctores infectados. Se llegó a la conclusión de que aunque es un tratamiento que no está registrado, lo pueden utilizar de ser necesario. En este caso fue más que necesario porque más del 50 por ciento de los infectados con Ébola mueren.
“Por el miedo a perder la vida las personas acceden a utilizar medicamentos que no han sido probados”, detalló Rodríguez.
Ante el cuestionamiento de la posibilidad de que esta enfermedad llegue a Puerto Rico, la doctora comentó que “en la vida todo es posible, pero la probabilidad de que eso ocurra es mínima porque es una condición bien rara”.
“Como ya se sabe que esto está ocurriendo se están tomando las medidas para orientar a las personas que están viajando”, concluyó Rodríguez.