¿Por qué hay un grupo de estudiantes en la escuela después de la hora de salida? “Porque nos divertimos y en vez de estar perdiendo el tiempo hacemos cosas productivas”, explicó Aleisha Cruz, estudiante de la Escuela Alejandro Tapia y Rivera de Trujillo Alto, uno de los planteles impactados por el proyecto Taller Cien.
Esta iniciativa es un programa de servicios educativos suplementarios auspiciado por el programa de Título I del Departamento de Educación (DE). Comenzó como un proyecto de la Fortaleza y en el 2013 fue adoptado por WIPR, luego de la reorganización de la nueva División de Educación a la Comunidad (DIVEDCO).
Tres veces a la semana, durante el periodo de 3:30 a 5:30 de la tarde, los mismos salones en los que durante el día se imparten los cursos regulares se transforman en talleres para explorar el idioma español a través del arte. Los niños y jóvenes de escuela intermedia desorganizan las sillas y se ponen cómodos. Luego, se reúnen con sus talleristas para realizar distintas actividades educativas en las que integran la música, las artes visuales, las artes plásticas, la oratoria, el teatro, el cine y la danza.
Esa misma escena se repite en 32 escuelas de la Isla. Específicamente en los municipios de Culebra, Cayey, Comerío, Peñuelas, Ponce, Aibonito, Barranquitas, Utuado, Jayuya, Quebradillas, Hatillo, Mayagüez, Lajas, San Germán, Carolina, Trujillo Alto, Canóvanas, San Juan, Caguas, San Lorenzo y Yabucoa, entre otros.
Las escuelas que reciben los servicios son escuelas públicas que según el DE están en proceso de transición. Esto ya que en los últimos años no alcanzaron los estándares establecidos por las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA) en el área de español.
“Los niños muestran tantas necesidades que hay que reforzar”, aseguró Alexis Rodríguez, quien se especializa en educación en drama y español, uno de los talleristas de la escuela Andrés Sandín. Rodríguez añadió que en el taller los alumnos utilizan su creatividad para fortalecer su dominio del idioma español y al mismo tiempo mejorar la confianza en sí mismos y su autoestima.
La idea es que los estudiantes “de una forma divertida puedan adquirir las destrezas necesarias” para mejorar su aprovechamiento y tener éxito en las nuevas pruebas de Medición Educativa para la Transformación Académica de Puerto Rico (META-PR), señaló Caridad Sorondo, quien dirige Taller Cien. Añadió que es el único proyecto de servicios educativos suplementarios cuyo eje central son las artes y la cultura.
En cada plantel, hay 50 niños matriculados en el programa, dos maestros de español y dos talleristas. Los talleristas forman parte de un banco de artistas del programa y algunos fueron seleccionados gracias a una lista que realizó el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
Taller Cien cuenta con un programa curricular diseñado por India Bobonis, Mayra Lugo y Caridad Sorondo. Además, tiene un equipo de coordinadores que sirven de enlace con las comunidades. El coordinador es “un facilitador de herramientas” que está presente para ayudar en todo lo que sea necesario, puntualizó el coordinador J.J. Pérez Velázquez. Todos ellos también están relacionados con las artes.
De una forma flexible y muy personal, los adolescentes estudian la cultura puertorriqueña, el vocabulario, el arte de narrar, los géneros literarios y periodísticos, analizan lecturas y películas y realizan muchos otros ejercicios y juegos teatrales. Además, se adentran en las problemáticas sociales del país y recurren al pensamiento crítico para hallar posibles soluciones.
El proceso de aprendizaje “ha sido muy divertido. Hemos aprendido muchas cosas”, manifestó Krystal Gómez Rodríguez, estudiante de la escuela Andrés Sandín matriculada en Taller Cien. Comentó que ha aprendido sobre la ortografía correcta de las palabras, ha corregido el uso de anglicismos y a redactar libretos. Su compañera Sabrina Vélez, añadió que lo más que han aprendido en el taller es “lenguaje”. Ambas reconocieron que el Taller les ha ayudado a manejar el pánico escénico y a sentir mayor confianza en sí mismas al hablar en público.
Para todos “ha sido bastante el cambio a nivel personal”, afirmó Jennifer Lazú, quien lleva trabajando siete años como maestra de español en el DE. La integración de las artes a su clase, le ha dado la oportunidad de descubrir e integrar nuevas estrategias de enseñanza. Aseguró que desde que comenzó el programa en su escuela, ha aumentado la participación en su clase regular, que los niños escriben con mayor fluidez y que ha mejorado su aprovechamiento académico.
A través de una preprueba y una postprueba, Taller Cien ha podido medir el nivel de ejecución de sus estudiantes en cuanto a la lectura y la escritura. Estas pruebas van a la par con los indicadores académicos establecidos por el DE. Aunque aun están en el proceso de registrar los datos, Sorondo adelantó que los resultados indican que los adolescentes matriculados han elevado su desempeño académico entre un 12% y un 25 %.
Por ser fuente de valioso material educativo, el Canal 6 fue considerado como la agencia más cónsona con la misión del proyecto. WIPR ha puesto grabaciones de programas como “En la punta de la lengua” y las cápsulas “¿Qué celebramos?” a la disposición de los maestros de español y talleristas. Además, Bruno Irizarry, director de la película puertorriqueña 200 Cartas, permitió que su producción fuese utilizada como material educativo.
Sorondo aseguró que “todos han entendido la importancia del proyecto”. Tanto en WIPR, como los coordinadores, los maestros y los talleristas sienten un gran compromiso con Taller Cien. “Este es un proyecto para transformar vidas a través de la comunicación”, concluyó.
Aún así, “los niños están preocupados de que no siga el año que viene”, dijo Teresa Cardón Martínez, coordinadora de la escuela Marcelino Canino Canino en Dorado donde se ofrecen talleres de acrobacia aérea. Una de las niñas que participan del proyecto le comentó que “al fin encontró algo que de verdad le gusta y es buena”.