The Perfect Guy, dirigido por David M. Rosenthal (Janie Jones, A Single Shot), cuenta la historia de Leah Vaugh (Sanaa Lathan) una cabildera de Los Ángeles que sueña con casarse y formar un futuro con su novio de hace dos años Dave (Morris Chestnut). Él decide finalizar su relación amorosa con ella por no poder ofrecerle lo que desea, ya que este ha vivido rodeado de desgracias amorosas y divorcios. Esto lleva a Leah a conocer a su “hombre perfecto”: Carter (Michael Ealy), quien termina siendo de todo menos eso.
Resulta ser un perseguidor, que trabaja en una compañía de seguridad, la excusa perfecta para acosar a su víctima sin ningún tipo de problema.
El exceso de elegancia dentro de la película, por parte de los personajes y la escenografía, hacen la trama muy poco creíble,“clichosa” y parecen muy forzadas. Todo luce demasiado perfecto, al punto que sobresale demasiado la superficialidad y la ficción.
De la misma manera, el guion tampoco ayuda a provocar suspenso debido a las líneas recicladas de otras películas que son recitadas por los actores.
Los personajes en su mayoría no parecen estar completos y su único rol es estar ahí para conseguir, o al menos intentar, que la trama funcione. Algunos ejemplos son la vecina de la protagonista, quien solo participa como entrometida en toda la trama.
En The Perfect Guy vemos a todos los personajes estereotípicos que una película como esta pueda tener: el padre sobre protector y celoso que piensa que ningún hombre es suficiente para su hija, las amigas que dan el visto bueno al novio y el policía con voz ronca que se preocupa exclusivamente por el bienestar de la protagonista.
La música tampoco favorece a la cinta. Mientras piensas que estás viendo una película de suspenso suena más a comedia romántica. Se entiende que esto es intencional por parte del director para que el espectador sienta la felicidad junto con los personajes antes de que comience la acción. Sin embargo, es un movimiento muy mal trabajado.
Ninguna de las actuaciones fueron estelares, pero tampoco mediocres. Lo único que se puede salvar de este filme son las apariencias físicas de los protagonistas, cada uno más guapo que el anterior. Tal vez esa sea la única razón por la cual se debe ver esta película.