El profesor Carlos Rojas Osorio nació en Colombia, pero ha vivido por décadas en Humacao, Puerto Rico. Recientemente, y por su larga trayectoria como escritor de obras de filosofía, fue galardonado con el premio Frank Fannon por parte de la Caribbean Philosophical Association. Actualmente enseña Filosofía de Kant en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
Tradicionalmente la filosofía ha abordado conceptos como el bien, la verdad y la justicia, que aparentan trascender hacia un más allá universal de cualquier región y cultura particular. Entonces, ¿qué sentido tendría hablar de, digamos, filosofía latinoamericana o caribeña? ¿Existe algo así o es un sinsentido?
Carlos Rojas Osorio (CRO): Bueno, el punto más importante ahí es que toda filosofía nace en un suelo cultural determinado, es algo que el filósofo ruso Baktín llama el cronotopos, y es que el pensamiento tiene unas raíces y un suelo en el que se nutre y eso es inescapable. Los frutos de ese pensamiento pueden ser universales, pero se nutre siempre de ese suelo primigenio; y eso vale para cualquier país, vale para Platón, como para Kant, como para cualquiera de nuestros pensadores.
Mucho se habla del colonialismo en la academia. Pero, ¿no es colonialismo el acto de que un pensador latinoamericano se centre exclusivamente en el canon de la filosofía europea? Partiendo un poco de la dimensión subjetiva del colonizado del que habló Fannon, ¿no es esto una forma de invisibilizar y despreciar su propio suelo primigenio?
CRO: Claro que sí, pero tenemos que pensar que el filósofo se dirige a un auditórium universal, dado ese planteamiento que llega a todo el mundo, pero, sus motivaciones, sus intereses, sus raíces, están localizados. Aquí y ahora son siempre parte de una cultura. Por lo tanto, la filosofía se hace más significativa en la medida en que nos planteamos problemas que son más propiamente humanos dentro de un contexto determinado, porque el ser humano no es una entidad abstracta, el ser humano es siempre ser de una patria, de un lugar determinado.
Siendo Hostos recipiente de la filosofía europea en boga durante el siglo XIX, ¿se podría decir que fue un eurófilo más, tal como a los que nos referimos antes?
CRO: Hostos parte de lo que es la religión en España: marco histórico caracterizado por el idealismo y el positivismo. Pero tuvo siempre a la vista, su propia patria y las Antillas, de manera que su pensamiento no era nunca un pensamiento enajenado, sino que pensaba en la liberación del ser humano de esta parte del mundo, de las Antillas y en general de toda Latinoamérica. Así que, aunque el punto de partida haya sido un poco esa filosofía europea, él va apropiándose de los temas y los va reflexionando por cuenta propia.
Cuando se habla de movimiento de vitalismo o socialismo, inmediatamente nos referimos a pensadores como Nietzsche y Marx. Ahora, ¿qué tendría que decirnos usted sobre Nemesio Canales?
CRO: Nemesio en cierta manera toma en cuenta esos movimientos, porque Nemesio parte ya de una crítica al positivismo y el positivismo era la filosofía dominante en Latinoamérica a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Pero él, inspirado en Bergson, ya comienza una nueva visión. Curiosamente, también se ubicaba dentro de cierta tendencia socialista, de manera que, algo que yo he visto y destacado tanto en Marx como en Nietzsche es la crítica de la metafísica, y eso, ya hay un componente importante en Nemesio, esa amplitud de mirar, ese tomar la vida como punto de partida, como el horizonte de nuestro pensamiento y, a la vez, una crítica social radical.
Carlos Rojas Osorio recibiendo el premio Frank Fannon, galardón que otorga la Caribbean Philosophical Association.
Dice usted en su obra “acoger el devenir no significa aceptar pasivamente la realidad, es estar en situación de apertura hacia lo posible, no claudicar hacia el porvenir. Acoger el devenir no es inmovilizarse ante la utopía y esperar que llegue como el ángel anunciador. La tarea de cada uno está en el presente, en el ahora, en el instante juego en mi vida”. ¿Qué sentido adquiere hoy? ¿Qué posibilidades tendría en un contexto donde parece imperar una cultura basada en interminables esperas a salvaciones externas?
CRO: Ese pasaje lo escribí pensando en algunas teorías recientes, especialmente postmodernas, que hablan de que no hay alternativa, de que no puede hacerse nada, el capitalismo es lo que hay. Entonces, yo pienso que el devenir es abierto, la historia no está concluida y hay muchas alternativas, que todo depende de la acción en que nos involucramos, que las cosas no cambian solas, las cosas cambian porque los seres humanos, con una voluntad y perspectiva nos involucramos en ese cambio. Creo que nosotros debemos partir del presente, entenderlo, para ver las luchas que tenemos que llevar a cabo en cada momento, no hay que esperar a que todo llegue resuelto, sino que las cosas se resuelven por medio de la acción humana aquí y ahora.