Tonya Harding, personaje principal en I, Tonya siempre deseó ser amada. Sin embargo, es considerada una de las villanas más grandes del deporte por un escándalo olímpico que destruyó su carrera y la convirtió en un chiste para los medios.
I, Tonya es la historia de Harding, una joven patinadora, que desde temprana edad abandona los estudios para dedicar su vida al patinaje artístico sobre hielo. Aunque se posiciona como una de las mejores en su deporte, sufre discrimen por su falta de elegancia fuera del hielo. A sus espaldas es llamada “Trashy Tonya”. Su carrera toma un giro inesperado cuando es acusada de confabular para atacar a una rival.
Los cineastas hacen bien al dejar claro que esta es la versión de la historia de Harding, quien nunca ha tenido la oportunidad de compartir su versión. Además de esto, el filme trabaja el abuso doméstico y abuso a menores.
Desde temprana edad, Harding era golpeada y abusada mentalmente por su madre, quien ante todo deseaba criar una campeona. Luego de abandonar su hogar, Harding se casa con Jeff Gillooly, un hombre que también abusa de ella. Lo más sorprendente de todo esto es que el filme es comedia y muchas de las escenas de abuso se presentan con el propósito de hacer reír al público.
El director, Craig Gillespie, presenta la violencia de una forma absurdísima, con música liviana de los años 70. Confieso que reí en momentos, pero todavía me siento incómodo de haberlo hecho. No soy quién para decidir que es gracioso y qué no, pero la historia de esta mujer ya era interesante sin tener que recurrir a la comedia.
Allison Janney interpreta a la madre abusiva de Harding. Es una mujer fría y vulgar que insulta y maldice a su hija y a cualquiera que se interponga en su futuro. Janney ha sido reconocida por varias organizaciones como la mejor actriz de reparto en el 2017, y es muy probable que gane el Oscar este domingo. Sin embargo, su personaje es algo llano. El filme no le da la oportunidad a Janney, quien es tremenda actriz, de explorar el personaje en su totalidad. Es simplemente una caricatura de una mala madre adicta a la nicotina e incapaz de amar a su hija.
Sebastian Stan interpreta a Jeff Gillooly, el esposo de Tanya. Sea cierto o no, el largometraje presenta a Gillooly como el arquitecto del plan que arruinó la carrera de su esposa. Sorprendentemente, las escenas en las que se orquesta el ataque a Nancy Kerrigan, otra patinadora, son las más tediosas del filme. Las escenas con Gillooly y el “guardaespaldas” de Harding son demasiado ridículas y difíciles de creer, pero ese es el punto.
Por último, les hablo de la estrella de I, Tonya, Margot Robbie. Robbie es una gran actriz y sus créditos incluyen filmes como The Wolf of Wall Street (2013) y Suicide Squad (2016). Su actuación aquí es una fuerza inesperada que dejará a muchos boquiabiertos. Se ganó mi respeto, y para ser honesto, casi lloro con su interpretación. Aunque el personaje de Tanya Harding es patético, la ejecución de Robbie es imposible de olvidar.
De cierta manera, el filme le permite a Harding tomar las riendas sobre su narrativa, y finalmente explicar lo que podemos declarar como “su verdad.” Tanya siempre quiso ser amada, y yo por lo menos puedo decir que amé su película. Qué pena que me siento culpable de hacerlo.