Como “un gran acto de justicia histórica”, así describió el rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC), el arqueólogo Miguel Rodríguez López, el traslado final de los restos de Ramón Power y Giralt en el día de hoy a la Catedral de San Juan.
El evento ocurrió finalmente en un día muy importante, cuando se conmemora el fallecimiento de este ilustre puertorrieño. Hace exactamente 200 años, Power falleció víctima de la fiebre amarilla en la ciudad de Cádiz alejado de su patria y de sus seres queridos y en una penosa situación de indefensión y gran necesidad.
“La historia también tiene sus misterios”, observó el arqueólogo Rodríguez al comentar que: “jamás en su lecho de muerte Power hubiese imaginado que algún día los puertorriqueños de otra generación harían lo indecible para que sus restos descansaran en paz en su querida ciudad amurallada, cubiertos por la bandera nacional monoestrellada que nunca conoció. Mucho menos pensó que iba a estar sepultado junto a su fiel amigo y compatriota el valiente obispo Juan Alejo de Arizmendi, en la misma sala donde había recibido el anillo como muestra de compromiso y lealtad en la defensa de Puerto Rico ante las cortes españolas.”
Rodríguez resaltó que “el traslado de los restos de Power y del obispo Arizmendi a la capilla donde se custodia el Altar de la Patria es un momento de gran significado para el país. Por eso debemos celebrarlo con el orgullo y la satisfacción del deber cumplido.”
“El honrar a Ramón Power y Giralt y al obispo Arizmendi revive una gesta donde se afirmó, en el contexto social de la época, nuestra identidad de pueblo. Ese orgullo que sentimos por nuestra historia y por nuestros grandes hombres y mujeres, es una fuerza que nos une como país por encima de las pequeñas diferencias”, afirmó.
Al comentar sobre todas las gestiones realizadas en el pasado en torno a los restos de Power, Rodríguez indicó que son muchas las personas e instituciones que desde la década del 1960 soñaron con identificar los restos de Power y trasladarlos de España a la isla.
Especificó que se pueden personificar esos esfuerzos en la figura del arzobispo de San Juan, monseñor Roberto González Nieves, quien al final del largo camino tuvo la valentía de enfrentarse a todo tipo de obstáculos hasta lograr la meta. “El país tiene una deuda histórica con don Ramón Power, con el obispo Arizmendi y también con Roberto González Nieves, arzobispo de San Juan”, resaltó.
El Centro, fue fundado hace 36 años por el doctor Ricardo E. Alegría, y desde el 2004 es dirigido por el arqueólogo Miguel Rodríguez López. Es una institución que ofrece programas de maestrías y doctorados en Historia, Arqueología y Literatura. Está acreditada por la Middle States Commission on Higher Education y licenciada por el Consejo de Educación de Puerto Rico. Además, tiene una facultad de excelencia y un estudiantado de primer orden comprometidos con la afirmación cultural y la educación de nuestro pueblo.