La XII edición del círculo de Conferencias del Caribe, que tiene lugar en la facultad de Ciencias Sociales, acogió ayer la ponencia El rol del sector no estatal en el establecimiento de una economía social y solidaria en Cuba. La doctora Julia Sagebien, de la Escuela de Administración de Empresas de la Dalhousie University, expuso el trabajo que realizó junto al profesor Rafael Betancourt de la Universidad de La Habana.
¿Qué es una economía y una empresa socialmente responsable y solidaria? ¿Cómo puede llevarse a cabo en Cuba en su actual contexto económico-social?
El sector no estatal en Cuba es un espacio que nunca permaneció estable. De hecho, a mediados de los años 90 hubo un auge, pero enseguida volvió a desparecer. “Cuba es un estado en bancarrota, que cuenta con un sector estatal dominante”, comenta la doctora.
Y es precisamente ese dominio el que causa fallos. El estado monopoliza el mercado, de manera que, cuando hay problemas económicos, tiene que despedir a muchos funcionarios, que no tienen una alternativa viable, no son productivos.
Según la doctora Sagebien, “el desafío consiste en buscar la manera de introducir fuerza de mercado para crear crecimiento tratando de manejar las disparidades sociales y al tiempo, mantener la cohesión política". La doctora plantea además, cómo utilizar los mecanismos de mercado para crear unos objetivos económicos, es decir, un capitalismo mejor, dentro de un sistema socialista y convertir una parte de estas empresas estatales en empresas responsables, para dar lugar a una economía de desarrollo basado en empresas socialmente solidarias.
Una empresa socialmente responsable es la que cumple con un conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, económica y ambiental, que se basa en valores que le ayudan a ser más productiva. La doctora las describe además como “independientes del estado (estamos hablando del sector privado). Casi siempre son cooperativas y tratan de empoderar a todas las personas que forman parte de ella”.
Sin embrago, apunta que hay más formas de definirlo. “¿Tienen que ser cooperativas?, ¿Es requisito que los participantes sean dueños? ¿O solo se debe tener en cuenta su objetivo, es decir, los compromisos sociales y ambientales?”.
Las propuestas del estudio de la doctora Sagebien y profesor Rafael Betancourt para lograr que el sector no estatal pueda tener un espacio en Cuba serían, por un lado, aplicar mercados inclusivos, esto es, que las empresas incorporen en sus cadenas de valor a comunidades de bajos ingresos, mejorando así su calidad de vida y vincular estos mercados al sector estatal.
Por otro lado, exportar. Los microcréditos y las remesas suponen también dos pilares importantes para la acumulación de capital necesaria para la creación de una empresa. Pero es un punto delicado, pues este concepto de acumulación, junto al concepto de sociedad civil, son ideas que suelen causar controversia en Cuba. Por ello hay que exponer cuidadosamente estos términos, tal y como comenta la doctora, ya que resultan vitales para la creación de las empresas socialmente responsables. Estas necesitan del activismo de la sociedad civil.
“La pachanga” un fast- food cubano, sería un ejemplo de empresa responsable que existe actualmente en la isla y que cuenta con sus propios programas para ayudar a la gente del vecindario.
La doctora concluyó diciendo que “hay que seguir manteniendo este debate, crear más capital, y de alguna forma, conseguir más asistencia internacional y desarrollar todo esto siendo respetuosos con la soberanía cubana”.