Nota del editor: Este texto pertenece a una serie especial de 4 tomos. Visita la entrada anterior sobre la producción poética actual en Puerto Rico aquí.
Libros como los que se incluyen en esta selección no serian posible si los escritores toman al pie de la letra lo que una escritora, en la pasada entrega de premios del PEN CLUB, demandó a los presentes. La autora en cuestión hizo un llamado al silencio ante los atropellos que actualmente ocurren en contra de los universitarios, después que otros escritores, incluyendo a la propia Presidenta del PEN, se solidarizaran con la causa de los estudiantes que pacíficamente luchan por una universidad pública y disponible para todos. De prestar oídos a tales llamados libros como Mi hija es García Márquez de Pablo Juan Canino, Mundo Cruel de Luis Negrón o Secuestros de papel de Mario Santana, por mencionar algunos títulos, no circularían por las librerías. Puntualizado lo anterior, comento brevemente algunos de los criterios que utilicé para conformar mi selección de lo más que disfruté en el género de la narrativa corta durante el 2010.
En cuento dos escritoras noveles ocupan los primeros lugares. Lina Nieves nos obsequia Waltzen. Si alguien creía que en este género todo estaba escrito invito a los lectores a que acudan a este libro. Por raro que parezca, las historias de este libro nunca parecen agotarse, siempre lucen nuevas, diferentes, aun cuando usted lea las mismas en más de una ocasión. Todas tienen cierto hálito de misticismo, como si se tratara del sonido templado de un laúd oriental.
Cuentos traidores de Rubis Camacho nos deja con la boca abierta. Si bien es cierto que en las 124 páginas parece que hay no uno, sino dos libros (el primero manejando personajes míticos, y el segundo inmerso en situaciones ubicadas en el Puerto Rico contemporáneo), la rigurosidad del buen manejo de un lenguaje, con cierto aire poético y metafórico, otorga al lector un manjar de descripciones; pasajes narrativos con luz propia que hacen que situaciones y personajes pernocten de manera placentera en la memoria.
Pablo Juan Canino, por su parte, cumplió con todos los honores el homenaje a su maestro, Pedro Juan Soto, con su libro Mi hija es García Márquez. Esta colección de cuentos, de Isla Negra editores, es un festín para el amante del cuento perfecto que emana de ese baúl mágico que es la memoria. Aquí ninguna historia rompe los parámetros de excelencia que se palpan de la primera a la última página. No hay artificios estridentes, en ocasiones la sutileza de un final da paso a un silencio que resuena en el próximo cuento.
Mundo Cruel, de Luis Negrón, se ha convertido en el libro que mas reseñas recibió durante el 2010. No es para menos. La textura orgánica, la elegancia de unas historias sencillas que no pecan de exceso dan perfil propio a este libro entre lo mejor del año. Cuentos como Por Guayama, El jardín y Botella sin duda son antológicos.
A lo lejos, el cielo de Hugo Ríos Cordero se impone por la destreza de quien conoce de forma cabal su oficio. Desde Coloso, pieza que abre el libro, hasta el cuento final que da título al libro estas 30 historias se dejan leer casi de golpe. Nada sobra en este libro de 100 páginas. El oficio del vértigo es otro libro que parece de la mano de un veterano, cuando en realidad se trata de un primer libro.
Manolo Núñez Negrón organiza en tres partes (Maromas sin red, Saltos al vacío y Días de circo) veinte historias que se caracterizan por sus giros vertiginosos en los finales. Sorprende que algunos cuentos tengan como eje temático la misma materia prima que también desarrolla en sus libros tanto Lina Nieves como Hugo Ríos. En la tercera parte, en ocasiones, el lector necesita conocer referentes de la historia de Puerto Rico para disfrutar a cabalidad de los cuentos.
El primer libro de narrativa del periodista Mario Santana, Secuestros de papel, deja al lector que busca el placer de la lectura satisfecho. Cierto aire detectivesco y el buen manejo de datos históricos sazonan el suspenso de estos cuentos. Aunque es pertinente señalar que algunas de las historias que Santana desarrolla parecen más esbozos de novela, como Mausoleos, lo cierto es que estamos ante un libro de cuentos que entretiene y se lee rápido.
El mercader de libros de Francisco García-Moreno Barco es una oda a la imaginación, la creatividad y la utilización impecable del idioma. Rico en refranes y en frases propias de la sabiduría coloquial del pueblo, este libro evidencia el conocimiento que el autor posee de las historias clásicas de la literatura castellana, como La casa de Bernalda Alba de Lorca, y su capacidad de innovarlas. Tradición y novedad se dan aquí en la misma proporción. Cuentos como Los oficios necesarios, A todos nos ha crecido alguna vez un árbol en las manos, Malena en la pared, y la historia que da título al libro, lo colocan entre mis favoritos.
Canasta de ojos de Irma Rivera recrea el amplio universo de mujeres que han trascendido los límites de su época. Aquí los cuentos están narrados con la templanza de quien ha estudiado minuciosamente el género cuentistero. Y cierra este grupo selecto el título Doce cuentos paralelos, de Eva Quíroz. Fruto que inició en el taller de escritura de Silvia Domenech, estos cuentos de Quíroz fascinan particularmente por el buen uso del lenguaje, aunque algunos cuentos destilen cierto aire a pequeña crónica o estampa.
CUENTO
1. Waltzen Lina Nieves Avilés Editorial La Secta de los Perros
2. Cuentos traidores Rubis Camacho Mariana Editores
3. Mi hija es García Márquez Pablo Juan Canino Salgado Isla Negra Editores
4. Mundo cruel Luis Negrón Editorial La Secta de los Perros
5. A lo lejos, el cielo Hugo Ríos Cordero Isla Negra Editores
6. El oficio del vértigo Manolo Núñez Negrón Editores Publicaciones Puertorriqueñas
7. Secuestros de papel Mario Santana Editorial Pasadizo
8. El mercader de libros Francisco García-Moreno Barco
Editorial Preámbulo
9. Canasta de ojos Irma Rivera Colón Edición de Autor
10. Doce cuentos paralelos Eva Quíroz Edición de Autor
Carlos Esteban Cana es escritor y comunicador. Publica En las letras, desde Puerto Rico, boletín que se ocupa del acontecer cultural y literario puertorriqueño, que es reproducido por diferentes bitácoras y páginas cibernéticas. Se ha desempeñado además como Coordinador Editorial para el Instituto de Cultura Puertorriqueña, Coordinador de Medios para acontecimientos y proyectos culturales. Es fundador de la revista Taller Literario. Una muestra de su obra poética y narrativa se encuentra disponible en diferentes publicaciones en el Internet.