Era sábado y la Plaza de la Convalecencia en Río Piedras tenía pinta de que algo iba a pasar allí. Y es que a partir de las siete, se iba a convertir en el espacio para que la música, el performance, la poesía, la pintura, entre otras ramas del arte se unieran y formaran una –lo que le dio nombre al evento- Mezcolanza.
Todo se fue amenizando con la música de DJ Porro, quien puso a bailar al público que llegaba a la plaza. Los primeros en animar la noche fueron los integrantes del Colectivo Vaiven, quienes mientras tocaban sus tambores cantaban Las Mañanitas, pero ese despierta mi bien, despierta que tanto repetían, parecía que hacía alusión a otro despertar; quizás al despertar de la conciencia.
Un ratito después hizo su acto Briony Plant, la mujer de fuego que sin temor alguno bailaba y hacía trucos con llamas, abriéndole camino al baile de telas que con gran flexibilidad hacían Lidy Paoli y María de Azúa.
Como muy bien contó Macha Colón, presentadora de este espectáculo -y quien también fue un espectáculo en sí-, este tipo de eventos se crea por la inquietud de unir mundos artísticos. Mezcolanza no es solo una mezcla de artistas o formas de arte, es también una mezcla de países, pues esto también se ha hecho en New York, Argentina y el sábado, Puerto Rico se unió por primera vez a este mejunje.
A medida que pasaba la noche, en cada esquina de la plaza los participantes presentaban sus números uno detrás del otro, en espacios que se escogían como al alzar. Entonces le tocaba al público adivinar –casi como un juego- a qué parte del espacio había que prestar atención.
Luego de un baile apasionado de Jeanne d’Arc titulado Búscame en el Viento en el centro de la plaza se le abrió un espacio a Teresa Hernández, quien se mecía en una silla y contaba-uno, dos, tres… mientras se preguntaba ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? Y un público embelesado por lo que allí sucedía trataba de contestarle. Ella seguía meciéndose y contando uno, dos, tres, 100 x 35.
Dentro de este revoltillo de talento local se encontraba Lizbeth Román y los Duendes Invisibles, que –como siempre- tienen el don de poner a bailar a todo el que los escucha. También se presentaron varias obras de nuestro Ricardo Alcaraz, el maestro de la fotografía que se dedicado a documentar eventos artísticos y culturales.
Al evento también llegó Poncili Creación grupo que con la energía que tanto los caracteriza, corrieron todo el espacio de la plaza –y con ellos todo el público que los seguía- con unas criaturas muy peculiares que parecían pelear entre sí.
Entre muchas de las cosas que aquí pasaron, se destacan las actrices Isel Rodríguez y Lourdes Quiñones, en sus personajes Luna y Vecky, cantaban canciones sobre situaciones que, a juzgar por las risas, eran bastante familiares al público de esa noche.
Este espectáculo cerró al ritmo de la plena con la participación musical de La Máquina Insular. A ellos también se unieron el colectivo teatral Agua Sol y Sereno para dar un espectáculo lleno de color y dinamismo.
Aunque este fue el final, Macha Colón sorprendió a todo el mundo cuando despidió la actividad cantando Estoy Jayá, canción que puso a cantar y a bailar todo aquel que decidió darse cita en esta Mezcolanza.
A continuación, la fotogalería del evento: