En la Universidad de Puerto Rico en Utuado, cada semestre, estudiantes conceptualizan y desarrollan un producto en el enmarque de distintos cursos ofrecidos bajo el Departamento de Tecnología Agrícola. Algunas de las ideas trascienden la teoría y arriban al plano comercial.
Uno de estos cursos lo es “Economía Agrícola”, dictado por profesor Javier Pérez Lafont, el cual el universitario Deosjovanny Vélez, de 20 años, actualmente cursa. El padre del joven posee un beneficiado de café. Por eso, cuando el estudiante tuvo que pensar en un producto, partió de granos cafetaleros.
Fue su profesor quien le sugirió explorar el chocolate como área convergente para el producto. Varias semanas más tarde, el estudiante llegó al salón del profesor con una bolsa de bombones “Coffee Shock”. El catedrático, que le fue mentor durante el periodo de gestación de su idea, se mostró emocionado. Asimismo, el padre de Vélez, cuando supo la idea de su hijo, no dudó un minuto en apoyarlo económicamente, como una extensión del negocio familiar.
Cuando llega un trozo de chocolate al paladar, primero llega la cremura del chocolate blanco que envuelve al grano, luego el crujido del grano de café gourmet caramelizado y, al final, los sabores, ambos sabores, un lazo.
Para producirlos, Vélez se reúne junto a seis compañeros de clase, su madre y su padre y entre risas, música y empeño emprendedor, producen y empacan los chocolates. Actualmente, el joven se encuentra gestando esfuerzos iniciales de mercadeo. Por ejemplo, recién creó una cuesta en Instagram titulada cafeutuadenopr.
Fue también en el enmarque del mismo curso que Franklin Soto decidió crear y mercadear una gelatina de café. Su familia tenía una finca. Recuerda, de niño, trabajar la tierra junto a su progenitor. Por eso, a la iniciativa de negocio en la cual incluye la venta de gelatinas, la nombró “Hacienda en honor a mi padre”.
Junto a las gelatinas, Soto se propone vender distintos productos con café como hilo conductor. Bizcochos, por ejemplo. Ha hecho varios acercamientos a dueños de restaurantes y cafés para establecer vínculos comerciales, y dice encontrarse contento por el apoyo y respuesta que ha recibido.
Para Soto, siempre habría que regresar a la tierra, a la agricultura, esa gesta artesanal, como bien la describe.
Ambos emprendedores defienden la importancia de este tipo de iniciativas para el desarrollo socioeconómico de Puerto Rico. Así, desde su lugar en el mundo, idea a idea, contacto a contacto y esfuerzo a esfuerzo, van gestando trozos de país.