Los resultados de la selección nacional en Toronto 2015, tienen a todos los seguidores del baloncesto puertorriqueño tirando y jalando, pataleando, hablando por doquier, entre muchos otros gerundios.
Es que, sin duda, el baloncesto es uno de los deportes que mayores pasiones despierta en Borinquen. ¿La selección nacional de baloncesto? Pues, lo que los boricuas sienten con su quinteto patrio de básquetbol, por donde han pasado grandes como Piculín Ortiz, Teo Cruz, Raymond Dalmau, Ruben Rodríguez, Eddie Casiano y Carlos Arroyo, es lo mismo que siente un argentino por el onceno albiceleste de fútbol que ha visto en sus filas a glorias como Diego Maradona, Lionel Messi, Hernán Crespo y Gabriel Batistuta, entre muchos otros.
Para colmo, ahora con esto de las redes sociales cibernéticas, sobran los analistas. Claro que hay algunos que hablan sin saber y hay otros a los que verdaderamente hay que hacerles caso. Por ejemplo, cuando habla alguien como Julio Toro, quien dirigió a los entonces ‘12 Magníficos’ a propinarle una paliza y su primera derrota a un equipo de jugadores de NBA de Estados Unidos, pues cuando alguien así habla hay que escucharlo. Y cuando usa términos como “guerra civil”, pues hay que entender que la cosa no está fácil, que todo apunta a la necesidad de un cambio, que el horno no está pa’ pastelillos.
“Estamos en un pleno debate a capa y espada. La familia del básquet está en una guerra civil. Es un choque de ideas espirituales, de ideas materiales. Hay una lucha, un debate por el poder lo que sucede en la familia del básquet”, le dijo Julio Toro a Diálogo.
¿Una guerra civil? Esas son palabras mayores. Al preguntarle a qué se refería, Toro recurrió a más de su usual poesía, como instando a que uno buscara el entrelíneas. Incluso, le presentamos el ejemplo de la popular serie de HBO, Game of Thrones, donde la lucha por el poder mantiene a todos los virreinatos y sus componentes en una constante batalla campal. O sea, pareciera como si la Federación de Baloncesto de Puerto Rico (FBPR) fuese un mapa medieval.
“Yo veo esa seriecita, me gusta mucho Game of Thrones, pero quizás es un poco injusto hacer comparaciones, porque en Game of Thrones la sangre llega al río, aquí el debate es de ideas. Alguna gente está de un bando y otros de otro. Hay pasiones, hay egos, hay agendas secretas, sí, ¿por qué no decirlo? Hay posiciones de cuestionamientos, por ejemplo, al liderato de la persona en turno [Carlos Beltrán, presidente de la FBPR]”, apuntó Toro.
Toro recalcó que “ese pulseo ya lleva su apogeo, no viene de ahora”.
Veamos los hechos más recientes. El sábado pasado, Puerto Rico finalizó su participación con un revés 105-85 ante Argentina para largarse sin un metal por primera vez desde el 1995 en Mar del Plata. Cogieron otras dos soberanas palizas a manos de Estados Unidos y Brasil, y se apuntaron un triunfo por 20 puntos ante Venezuela. Acabó en la sexta posición, cuando venían de ganar la medalla de oro en los pasados juegos de Guadalajara. Tras gran éxito a nivel internacional durante la pasada década, la selección nacional de baloncesto parece haberse adentrado en un marasmo. Es como un “sube y baja”, mucho más allá de un “pisa y no arranca”.
Desde hace algún tiempo se debate el por qué existe un torneo de Baloncesto Superior Nacional (BSN) que corre a la par con el entrenamiento de la selección nacional y, en ocasiones, hasta choca con certámenes internacionales, como sucedió ahora en los Juegos Panamericanos. Este planteamiento ha sido levantado en más de una ocasión, poniendo en entre dicho que son los apoderados del BSN los que realmente mandan en la selección nacional, ya que el beneficio económico de sus franquicias aparenta ser primero que el de cualquier situación federativa.
Por otro lado, parecen ser varios los movimientos que durante años recientes se han cuajado para darle un reenfoque a la Federación, los cuales se han estrellado contra la pared de la Junta de Directores del BSN, maquinaria aceitada de buscar auspiciadores. A pesar de que ni Toro ni otro exdirigente nacional que entrevistamos, Manolo Cintrón, quiso asentir a esta información, Diálogo supo que hay varias figuras a las que le interesaría retar a Beltrán a la presidencia de la Federación, entre ellos los técnicos Flor Meléndez, Armandito Torres y Georgie Rosario, todos individuos que le han dado su vida al baloncesto.
“Yo sé de Flor, no de Armandito ni de Georgie, pero ponte a ver. Desde Julio Toro para acá (2008-2015) ha habido cuatro dirigentes diferentes”, dijo Cintrón. “Me botaron a mí, quisieron a Rick Pitino, no pudieron, luego trajeron a Flor. Botaron a Flor y pusieron a Paco Olmos. Botaron a Paco Olmos y ahora finalmente tienen a Pitino, y mira como empezaron”, agregó.
“Pero ojo, que Rick Pitino no tiene la culpa. Se estaba enfrentando a mejores equipos con un montón de jugadores sin experiencia, sin estatura, versus equipos como Brasil, más grandes, con un programa de desarrollo que Ruben Magnano lleva años manejando. Vamos, aquí la culpa no es de Pitino”, apostilló.
Cintrón acentuó que “tampoco tiene mucha culpa, porque Pitino no siente realmente lo que siente un coach puertorriqueño cuando pierde con la selección”.
“Como dijo Flor una vez, tanto él como Julio, como yo, somos soldados de fila de la patria. No creo que eso le aplica mucho a Pitino o a Paco Olmos, con todo el respeto que se merecen, pues son grandes profesionales y excelentes técnicos”, agregó Cintrón, antes de contagiarse con la poética guerrera de su pana y mentor Julio Toro.
“Aquí la enfermedad la tiene el paciente, no la sábana que lo arropa, ni la cama en la que se acuesta”, puntualizó Cintrón.
Pues después del desastre de Toronto la selección se prepara para el Preolímpico de Ciudad México, que arranca a finales de agosto. Pitino dijo que será un equipo completamente diferente, con la participación del poste Peter John Ramos, los delanteros Renaldo Balkman y Ricky Sánchez, y la posibilidad de que participe Mo Harkless, ala pívot de la NBA recientemente enviado a Portland por los Magic de Orlando. Además, otras figuras deberán integrarse a las prácticas de la preselección, como el armador Carlos Rivera, los escoltas Mike Rosario y David Huertas y los aleros John Holland y Angel Daniel Vasallo.
Pero pase lo que pase en México, el debate seguirá a flor de piel.
“Y nos tocará ver lo que se dijo y lo que no se dijo, lo que se hizo y lo que no se hizo y el resto de todos los intereses que hay ahí en este asunto”, dijo Toro.
“Todos queremos acercarnos más a un mundo ideal, pero ¿cómo uno reestructura la genética de un puertorriqueño, sus condiciones físicas, sus malas mañas mentales? ¿Cómo uno controla el progreso de otras naciones o las posibilidades numéricas que hay en el baloncesto? Hay muchos factores que no controlamos. No controlamos ni el factor humano porque no nos ponemos de acuerdo”, acertó Julio Toro, su cuenta de Facebook sin verbo, su espacio de Twitter inexistente, su Instagram alejado de cualquier imagen que no sea la de un baloncesto bueno, listo y, sobre todo, nacional.