Los espacios urbanos de Puerto Rico, así como su clima húmedo y tropical son el escenario perfecto para la proliferación del mosquito del dengue. De acuerdo al Centro para la Prevención y Control de enfermedades este insecto nos afecta desde el año 1963. Sin embargo, aunque han pasado 54 años desde que se registró su llegada por primera vez en la Isla, todavía no se ha creado una vacuna que pueda atender los efectos – en ocasiones mortales – de su picadura.
Desarrollar una vacuna que nos ayude a prevenir la enfermedad que transmite el mosquito Aedes Aegypti es la misión del equipo de trabajo del doctor Carlos Sariol, quien desde el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM) lidera la investigación Tetravalent Dengue Vaccine Base don Alphavirus Replicons.
Según Sariol, las vacunas contienen la cepa del mismo virus que buscan atacar. Lo que se persigue es que una vez estas se inyecten en el cuerpo el sistema inmunológico desarrolle resistencia a los efectos de la picadura del dengue.
El científico explicó a Diálogo que hay varios prototipos de estas inyecciones, que contienen “virus vivos atenuados, mezclados o de fragmentos del virus, pero que todavía están en estudios clínicos o preclínicos”. Actualmente, la formulación que presentó los mejores resultados está compuesta por la unión del virus de la fiebre amarilla con fragmentos del virus del dengue. No obstante, Sariol añadió que esta fórmula todavía necesita modificarse para que sea más “eficaz”.
El experto en virología destacó, además, que existen cuatro tipos de dengue y que esto dificulta la creación de una vacuna que atienda los efectos de su picadura. Dichos tipos de dengue se conocen como serotipos del 1 al 4 y se diferencian por su composición genética. La vacuna que se establezca debe atacar al virus de los cuatro serotipos. El médico aclaró que ningún tipo de dengue es “más malo que otro”. Sin embargo, es posible decir que hay presentaciones clínicas más complejas que otras. Por ejemplo, el investigador mencionó que la fiebre de un dengue es menos severa que un dengue que cause hemorragias.
Sariol resaltó que el RCM y su Escuela de Medicina tienen un recurso que no muchos centros educativos ostentan, refiriéndose a un laboratorio de primates para experimentación. Estos simios son utilizados para probar las vacunas antes de ser administradas en los humanos.
El científico destacó que su laboratorio también estudia cómo el virus del dengue se relaciona con la célula y cómo es capaz de limitar los mecanismos de defensa del hospedero (la persona afectada).
En esta investigación participan estudiantes de programas doctorales del RCM y también estudiantes subgraduados de las diferentes unidades del sistema UPR. Los fondos que subvencionan la participación de los alumnos, así como la propuesta de investigación provienen del Instituto Nacional de Ciencias.
“A veces la percepción es de que ya resolvimos el problema [del dengue] y en realidad la ciencia es un tipo de actividad que se hace paso a paso, pero cada uno es súper importante porque te permite seguir avanzando”, resaltó el virólogo.
Sariol se graduó de medicina del Instituto de Ciencias Médicas de la Habana y tiene una maestría en virología molecular del Instituto de Medicina Tropical Pedro Curí también en Cuba.