El Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) confirió ayer 591 grados en Ciencias Agrícolas, Ingeniería, Administración de Empresas y Artes y Ciencias como parte de la primera graduación celebrada por esta institución en enero.
Un Coliseo Rafael A. Mangual repleto de estudiantes vestidos con el icónico verde colegial le sirvió de preámbulo al doctor Francisco Maldonado, decano de estudiantes del RUM, para dar la bienvenida a los presentes, entre los cuales se encontró el orador invitado de la tarde, Antonio Martorell.
“No es cierto que Mayagüez sabe a mangó. Mayagüez sabe a Colegio, al apetito del saber, del conocimiento”, apalabró el invitado al comienzo de un refrescante y acertado discurso que consideró el ingenio como piedra angular para el desarrollo de un mejor Puerto Rico.
“Vengo aquí a reconocer el ingenio, celebrarlo y retarlo”, puntualizó Martorell, para luego celebrar la creatividad del “posterriqueño”, proyecto diseñado por ingenieros del RUM para mejorar el sistema de iluminación pública del país.
Durante esta centésima tercera colación de grados, 500 estudiantes alcanzaron sus grados de bachiller, 82 de maestría y nueve de doctor.
Fue en este enmarque que Celeste Freytes, presidenta interina de la Universidad de Puerto Rico, aseguró que “la universidad tiene el mayor generador de conocimiento”, y reconoció la labor del profesorado del recinto mayagüezano.
Por su parte, el rector del RUM, John Fernández, aseguró que “son muchos los que quieren entrar a la tierra prometida, pero pocos los que logran entrar a la tierra de Tarzán -mascota del RUM-”, y se confesó honrado por formar parte de la histórica graduación.
“Los convido a continuar su caminar sin olvidar sus orígenes, su alma máter, venciendo los obstáculos con todo lo aprendido aquí”, le expresó Fernández a la clase graduanda compuesta por estudiantes de 73 municipios en el país, así como por 29 alumnos provenientes de Colombia, Cuba, Haití, Honduras, India, Irán, Panamá, Perú y República Dominicana.
Por otro lado, aunque en sintonía con el orgullo colegial expresado por Fernández, la presidenta del Consejo General de Estudiantes del RUM, Naysha M. Alcalá, enunció en su discurso un pronunciado “no somos perfectos, pero somos colegiales, que es casi lo mismo”.
Fueron varios los alumnos distinguidos durante la ceremonia. Unos 156 alumnos integraron el Cuadro de Honor. De estos, las alumnas Xiomara Cruz, Alexandra Méndez y Carla Puig recibieron el premio Luis Stefani Raffucci, al lograr graduarse con cuatro puntos.
Asimismo, quizá en uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, se le concedió un grado póstumo en Protección de Cultivos a José L. Cordero, quien falleció el año pasado.
Al final, quedaron en el coliseo colegiales y familiares hechos sonrisas por el cierre -y el inicio- de una etapa. Pues, tal y como expresó Freytes en su discurso, “todo comienzo no es solo una secuela”.