“El éxito de un atleta no solamente se mide con estadísticas”
— Jossie Alvarado
El béisbol nacional ha comenzado el 2017 dando línea. En su primer turno al bate conectó de cuadrangular con la exaltación de Iván ‘Pudge’ Rodríguez al Salón de la Fama de las Grandes Ligas. Luego, en una muestra de coraje y determinación, pegó un sencillo productor de un par de carreras, cuando los Criollos de Caguas plantaron bandera en México y se coronaron campeones de la Serie del Caribe tras 16 años de sequía boricua en dicho torneo.
Digamos, pues, que el impacto deportivo de ambos eventos es indiscutible. Pero bueno, ¿cuál es el significado social de ambas gestas en el contexto histórico que atraviesa Borinquen? Considerando que el escenario deportivo ha trascendido históricamente las nociones de entretenimiento, de juego, recreación y hasta los condicionamientos neoliberales del mundo globalizado, ¿cómo visualizamos la inmortalidad de ‘Pudge’ y el tablazo de la ‘yegüita’ del Barrio Savarona dentro de nuestro marco nacional y de cara al futuro?
De acuerdo al dirigente del combinado patrio que representará a Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol en marzo, Edwin Rodríguez, tanto el logro de ‘Pudge’ como el de Caguas llegan en un momento muy oportuno para el país y la pelota nativa. A su modo de ver, este fenómeno deportivo responde de manera positiva a la crisis socioeconómica que nos arropa, y además, representa un segundo aire para los puertorriqueños, en especial para los jóvenes deportistas.
“Esto debe ser visto como un aliciente. Es una muestra de que en situaciones difíciles, en las que uno tiene todas las de perder, el atleta puertorriqueño logra imponer su carácter competitivo y su compromiso deportivo. Esa actitud positiva y aguerrida realmente es un reflejo de la lucha. Yo soy de los que creo que esto no solamente tiene un impacto deportivo, sino también social y anímico para todo el país”, manifestó el primer dirigente boricua en las Grandes Ligas, quien entiende que –en esta coyuntura histórica– el béisbol tiene la oportunidad de contribuir más a la patria.
“La racha positiva del béisbol boricua comenzó en el 2012, con la selección de Carlos Correa en el sorteo de novatos. Luego, en el 2013, vino la exaltación de Roberto Alomar al Salón de la Fama. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de aprovechar el momento y transformar la disciplina del béisbol en Puerto Rico, porque está un poco caída”, destacó Rodríguez.
Según el veterano, más allá de estos logros y de la buena racha que atraviesa la pelota boricua, es momento de reconocer que es indispensable el desarrollo de programas nacionales que permitan enlazar las iniciativas de desarrollo juvenil con las organizaciones y ligas profesionales. Para el exdirigente de los Marlins de Florida, el béisbol puertorriqueño necesita llegar a más niños y jóvenes del patio, de manera que genere un mayor impacto social.
“Hay que unir fuerzas y masificar. Es necesario que la Federación Puertorriqueña de Béisbol, el Comité Olímpico y la liga profesional unan fuerzas. Es momento de reestructurar y desarrollar programas que le permitan a Puerto Rico masificar el béisbol y mejorar su realidad”, aseguró el destacado líder deportivo, quien además se desempeña en la Puerto Rico Baseball Academy & High School (PRBAHS). Esa institución académico-deportiva ha impactado, desde el 2005, a miles de jóvenes peloteros con la aspiración de formar parte de Major League Baseball (MLB).
Y es que detrás de los logros mayúsculos que el béisbol ha brindado a Borinquen en los últimos años –y de la reciente gesta de Iván Rodríguez, así como la de los Criollos–, hay una de las muchas caras de la realidad del béisbol nacional que poco a poco va quedando bajo la sombra del olvido: las ligas infantiles.
“Ya la cosa no es como antes. Cuando yo tenía la edad de mi nene no había que pagarle a nadie para que te enseñara a jugar pelota. Ahora uno tiene que sacrificarse, porque la mayoría de los dirigentes cobran por enseñar. Y la situación económica está bien dura. Cada vez el sacrificio que tenemos que hacer en casa para que el nene pueda seguir echando pa’ lante es más fuerte. Pero lo hacemos por él”, comentó a Diálogo Luis Rivera, padre de un jovencito que actualmente se encuentra activo en Arrevica, Carolina.
“Para nosotros es una inspiración bien grande todas las cosas buenas que están pasando en la pelota. Y para el nene también. Nosotros no pretendemos que salga un Carlos Correa, un Francisco Lindor, un Javier Báez o un Iván Rodríguez, pero hacemos y seguiremos haciendo lo posible por ayudar al nene a llegar lo más lejos que pueda”, añadió Rivera.
Jorge Colón Delgado, historiador del deporte, indicó que las categorías menores son las que se encargan de enriquecer año tras año el béisbol del patio. El experto sostuvo que tradicionalmente las ligas infantiles le han dado mucho a la pelota nacional, a pesar de que en años recientes se han visto limitadas de participación debido a los altos costos que, en algunos pueblos, le imponen a los padres.
Igualmente, Colón Delgado detalló que el significado social de este momento “glorioso” es mayúsculo, porque nos demuestra que el talento local se ha mantenido. “El caso de Caguas es muy especial porque ganaron la Serie del Caribe con un equipo donde la mayoría de los jugadores eran puertorriqueños. Y bueno, Iván Rodríguez es una aportación que se verá reflejada en la inspiración de los jóvenes. Es una combinación de talento y humildad que debe servir de ejemplo en estos tiempos”, destacó.
Un galope corto con la ‘yegüita’
Los Criollos de Caguas alcanzaron el cuarto título de su historia en la Serie del Caribe. Anteriormente habían sido monarcas del béisbol caribeño en 1954, 1974 y 1987. Este título representa el número 15 en la historia de Puerto Rico en este torneo, la segunda mayor cantidad de la historia, detrás de los 19 que ha logrado República Dominicana.
Para los Criollos es su primer título en la Serie del Caribe en 30 años (Hermosillo, 1987). México buscaba ser el primer país en ganar cuatro Series del Caribe en cinco años, desde que lo hiciera la República Dominicana (1997-2001).
Asimismo, tres de los cuatro títulos que los Criollos han ganado en el clásico caribeño han sido conquistados en tierra azteca. Como dato curioso, México ha estado presente en las últimas cinco ediciones de la final de la Serie del Caribe.
Si bien el béisbol ha generado gran algarabía en lo que va del 2017 y es tema de discusión de cara al Clásico Mundial en marzo, todavía el impacto social de la pelota continúa siendo una interrogante importante por aclarar y por enriquecer con algo más que no necesariamente tiene que ver con dinero. Como dice el abuelo, “de eso sabía Roberto Clemente”.