Argentina recuperó su puesto en el fútbol mundial al vencer a Holanda en tanda de penales 4-2, en el partido celebrado en el Arena Corinthians de São Paulo, Brasil, tras haber disputado 120 minutos de acción sin goles en la segunda semifinal de la Copa Mundial de Fútbol 2014.
Este duelo entre holandeses y argentinos fue uno intenso en cada acción, pero casi todo ocurrió en el medio campo. Argentina, por momentos, se hizo del balón para quebrar la defensa de Holanda, pero no consiguió hacerlo.
De igual manera ocurrió con la escuadra tulipana. Apenas hubo acciones de peligro real, aunque sí jugadas aisladas de jugadores como Ezequiel Lavezzi y Lionel Messi por la Albiceleste.
En el lado holandés, el más activo fue Dirk Kuyt, pero este jugaba retrasado en el lateral derecho primero y luego, en el izquierdo. Ausentes estuvieron Robin Van Persie y Arjen Robben en la primera mitad, sin acciones de peligro en las inmediaciones argentinas.
Al término de la segunda mitad del tiempo reglamentario, Holanda fue mejor y coincidió con la aparición de Arjen Robben con varios remates y una jugada con etiqueta de gol que le arrebató Javier Mascherano, al barrerse de manera maravillosa en último momento, evitando el gol que exaltaría el duelo para los holandeses. El alargue era el destino perfecto del encuentro.
La prórroga
En los 30 minutos adicionales, el libreto no cambió mucho. Holanda se apoyó en su táctica defensiva y Argentina se perpetró en su campo para evitar el gol. Las dos selecciones parecían no querer perder, en vez de buscar la victoria y el pase a la gran final del torneo con ahínco y empeño.
En los últimos minutos, apareció Messi con una gran jugada individual por la banda derecha donde desbordó al defensor, lanzó un centro al segundo palo del arquero Jasper Cillessen que Maxi Rodríguez pateó defectuosamente y mantuvo las tablas en el marcador. Pudo sentenciar el partido, no fue así y el duelo estaba destinado para definirse en la tanda de penales.
La figura
Las penas máximas, así se le llaman también a los penales, tienen su mística y con ello, sus héroes. Los porteros siempre tienen oportunidad de erigirse como héroes o villanos en éstas situaciones límites.
Sergio Romero de Argentina eligió ser héroe, ya que detuvo dos penales. El "Chiquito" se hizo gigante y tapó el primer penal a Ron Vlaar y el tercer intento a Wesley Sneijder en una atajada de enorme categoría, estirando su cuerpo al máximo a su costado derecho para evitar la entrada del balón a la red que defendía. Premio a un portero que al inicio del torneo fue criticado por varios sectores del mundo futbolístico.
Regreso y venganza
El seleccionado argentino regresa a una final de Copa del Mundo tras 24 años de ausencia. La última vez que estuvieron presentes en la etapa culminante del torneo fue en Italia 1990, ante el rival que se enfrentarán el domingo, Alemania.
Los Gauchos no tienen un grato recuerdo de este partido, pues fueron derrotados 1-0, convirtiéndose en subcampeones del mundo tras haber alcanzado la gloria cuatro años antes en 1986. Este domingo tendrán una nueva oportunidad de resarcir el dolor de perder una final en el propio juego de campeonato ante Alemania.