Son muchos en Brasil los que esperan con entusiasmo la gran fiesta del fútbol: la Copa Mundial 2014. Sin embargo, otra gran parte de la población ha mostrado su descontento con la celebración de esta competencia internacional. El pueblo brasileño se manifestó durante las últimas semanas pintando algunos murales en diferentes partes del país que reflejan el descontento por la Copa del Mundo.
Los manifestantes consideran que se está destinando demasiado dinero en remodelar y construir estadios, en lugar de solucionar problemas más importantes como la pobreza en muchas zonas. En días recientes, esta problemática ha sido tema de discusión en foros y páginas de internet de Brasil y otros países de Latinoamérica.
Los brasileños, máximos campeones de este certamen con cinco copas en sus hombros, han tenido que esperar 64 años para volver a ser anfitriones de este evento. Por lo tanto, se han preparado desde los tres años precedentes a la Copa Mundial de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) para recibir a miles en su país.
Entre los ajustes figuran las diversas remodelaciones a lo largo y ancho de sus ciudades, como las tareas de construcción en los 12 estadios que albergarán los partidos. También, se han hecho inversiones de remodelación en los hoteles donde se acomodarán a las 32 selecciones participantes, así como los lugares donde permanecerán por todo un mes miles de aficionados arribando a territorio carioca desde distintos rincones del mundo.
A pesar que, a largo plazo, se podrían dar efectos positivos para el país, como ofrecerle uso a las instalaciones ya edificadas, sin lugar a dudas los ajustes que se han hecho para llevar a cabo las debidas construcciones afectaron y continúan afectando directamente a los económicamente menos afortunados de Brasil. La edificación de algunos de estos estadios ha desplazado comunidades enteras.
Diálogo presenta aquí algunos de los murales hechos por algunos miembros de las comunidades afectadas:
Mucho fútbol y poca comida, uno de los reclamos de la comunidad brasileña de cara a la Copa Mundial 2014.
"El Mundial se lleva nuestras casas y nuestras escuelas y nos deja balones de fútbol", lee el texto.
El dinero que reúne la organización de la FIFA no llega a las comunidades con necesidades en Brasil, según los muralistas.
En lugar de sonrisas y entusiasmo, muchos niños de Brasil lloran y sufren todo el proceso de la celebración de la Copa Mundial.
Ha trascendido que niños han sido víctimas de asesinato en zonas aledañas a las celebraciones de la Copa Mundial para no presentar en los medios la pobreza que vive el país.