Michael Jordan, uno de los atletas más importante en la historia del deporte profesional, fue exaltado, el sábado, en el Salón de la Fama de la National Basketball Association (NBA). Su significado es vasto, especialmente para los jóvenes que se hicieron millonarios en el deporte profesional después de su llegada. “Él fue el que le dio el significado de mercadeo al baloncesto y al deporte en general”, comentó Jerome Mincy, ex delantero de la selección nacional . “Con él se fijaron de lleno en el baloncesto las compañías de calzado deportivo, como Nike, Adidas y Reebok y otra gente como Gatorade entró a juego. La inyección económica en el deporte fue inmensa”, agregó el legendario integrante de los Vaqueros de Bayamón, que ahora funge como directivo en dicha franquicia.
De este modo, los tres míticos ex jugadores de los noventa y los dos técnicos ingresarán al “Salón de la Fama” del Naismith Memorial en una ceremonia que tendrá lugar del 10 al 12 de septiembre de 2009 en la ciudad de Springfield (Massachussets), tras el anuncio hecho público hoy en Detroit y coincidiendo con la celebración de la “Final Four” del baloncesto universitario en la “Ciudad del automóvil”. Así, “Air” Jordan, para muchos el mejor jugador de baloncesto de la historia, logra una nominación que era cuestión de tiempo. Realmente, la explotación mediática de los deportes profesionales y su voraz mercadeo tiene algo que ver con Jordan, quien será exaltado junto al ex centro de los Spurs de San Antonio y miembro del Navy de Estados Unidos, David Robinson; el perenne dirignte de los Jazz de UTAH, Jerry Sloan; el armador de los Jazz y líder de asistencias de todos los tiempos, John Stockton; y la actual dirigente de Rutgers University y legendaria figura del baloncesto colegial femenino, Vivian Stringer. Sin embargo, otro experto consultado por Diálogo Digital, explicó que la figura de Jordan en el desarrollo económico desmedido dentro del deporte profesional simplemente fue la punta de lanza de algo que ya se veía venir. “Yo creo que eso ya estaba pasando cuando él llega a la NBA (1984), pero él ayudó a que sucediera más rápido”, expresó el boricua Jénaro ‘Tuto’ Marchand, Secretario Emérito de Federación Internacional de Baloncesto de América (FIBA), la oficina que rige todo lo que tiene que ver con el baloncesto desde Alaska hasta la Patagonia. “Era obvio que eso venía según el transcurso del deporte mundial, de las comunicaciones y del capitalismo. Quizás lo que se le debe en mayor parte es el éxito, en gran medida, que cobró la NBA durante su tiempo, que la elevó a niveles mundiales”, apostilló Marchand, quien dijo de Jordan “que si existiese algo como el mejor jugador de baloncesto de la historia, él tiene que estar ahí cerquita”. Luego de abusar en el baloncesto colegial con los Tar Heels de North Carolina, Jordan entró a la NBA en 1984, escogido por los Bulls de Chicago en la primera ronda del sorteo de novatos. Con los Bulls jugó del ’84 a 1993, antes de un retiro autoimpuesto en los que aprovechó para sanar heridas personales, como las de la muerte de su padre y su adicción al juego. En esa primera etapa de su carrera conquistó tres campeonatos de la NBA con los Bulls (’91,’92,’93) y tres premios de Jugador Más Valioso (’88, ’91 y ’92). Regresó con Chicago en 1995 y ganó tres campeonatos más (’96, ’97, ’98) y dos galardones más de Jugador Más Valioso (’96, ’98). Después de su retiro en 1999, curiosamente, la Asociación de Jugadores de la NBA se fue a huelga por discrepancias con los dueños. Jordan trataba de no pensar en baloncesto y perseguía otros pasatiempos, como jugar béisbol (formó parte del béisbol organizado con los Medias Blancas de Chicago) y aprender golf. No pudo aguantar sus impulsos y en 2001 firmó con los Wizards de Washington, donde también mantenía una posición directiva. Allí jugó hasta su retiro definitivo en 2003, yéndose como el tercer máximo anotador de la historia de la NBA con 32,292 puntos, detrás de Kart Malone y Karrem Abdul-Jabbar, y con un promedio de 30.1 tantos por juego. Actualmente, es dueño minoritario de los Bobcats de Charlotte. No es raro verlo aconsejando a los jugadores en los juegos de la NBA donde participen sus Bobcats.
Estamos hablando de que fue hace casi 30 años cuando Jordan entró a los grandes escenarios del baloncesto internacional, si contamos su trayectoria con los Tar Heels y con el equipo nacional de Estados Unidos, con el cual visitó a Puerto Rico en 1983 para participar de un fogueo con la selección nacional antes de los Juegos Panamericanos de Caracas ’83. Y aunque 30 años podría parecer más el hecho de que es una cara que las últimas tres generaciones ha visto a diario, hace pensar que lleva en la tierra desde tiempos antes de Cristo. Más aún, su impacto aún no termina de sentirse, como nos dijo Marchand. “Su presencia en escenarios mundiales, como las Olimpiadas del 1984 en Los Angeles y, más aún, en el Preolímpico de Portland y en las Olimpiadas de Barcelona, en 1992, le dio un auge al baloncesto increíble”, señaló. Uno de los que jugó en contra de Jordan en Portland y Barcelona fue Mincy. “Él siempre era bien ‘light’ con todo el mundo, era bien chévere. Me acuerdo que nos dijo en el juego que estaba medio cansado porque había estado toda la noche jugando póquer y ‘blackjack’ con los otros jugadores”, rió Mincy. “¡Pero eso yo no lo noté en la defensa! Era un gran jugador defensivo, aunque los posters que uno ve ahora son de él en plena ofensiva”, agregó. “Ha tenido un impacto tan grande en el básquet que ha seguido la inercia”, interpuso Marchand. “El baloncesto mundial no cayó cuando se fue… al contrario, ha ido en aumento. Ahora mismo, FIBA cuenta con 214 países miembros, y entre todos los factores está Michael Jordan”, puntualizó. Posdata: Cuidao’ LeBron… el número 23 sigue siendo de Jordan.