"Avanza que el juego va a empezar" y todos nos apuramos a ponerle punto final a los quehaceres para ver el juego. Si los dejamos a mitad, ¿qué importa?, participar de este momento histórico es más significativo. Bastó con que la manecilla del reloj descansara sobre el ocho para que las redes sociales solo hablaran de béisbol.
Ya no se leía sobre tragedias familiares, déficits en el país, ni mucho menos sobre el aparente pasado comprometedor del Papa Francisco. Con conocimiento, o sin él, todos hablábamos de lo mismo, todos entendíamos la jerga beisbolera. La transmisión del Clásico Mundial de Béisbol comenzó con una presentación musical a cargo de la Orquesta de San Francisco, junto al desfile de ambos equipos, vecinos caribeños, Puerto Rico y República Dominicana.
"Que bello nuestro himno", escribían en las redes mientras, en San Francisco, la orquesta tocaba al unísono. Parecería una realidad la teoría de mundos paralelos que plantean varios científicos y que explica Brian Greene en un seminario. En San Francisco, los dos equipos luchan por un campeonato mundial que se disputa cada cuatro años, esta vez ante 35,703 fanáticos. Mientras, miles de personas emiten sus comentarios en las redes sociales de mayor popularidad como Facebook y Twitter.
En el caso de Twitter, por ejemplo, se generan alrededor de 600 tuits por segundo en un día normal. De esta manera, promedian cerca de 2,160,000 millones de tuits cada hora, según el equipo analítico de la red. De esta manera, con solo relajarse en el sofá frente al televisor, con un teléfono inteligente, una tableta o una laptop, el mundo entero puede opinar sobre cualquier tema y ser leído al instante.
Desde que Twitter se convirtió en la red favorita de los usuarios, ver eventos internacionales como juegos y concursos de belleza no es lo mismo que antes. Surge la necesidad de expresarnos a cerca de todo lo que vemos, como los suspiros que da el pitcher de turno, cada gesto que hace el grupo en las gradas de la derecha o cada intento fallido que hace una "Miss algo" de impresionar al jurado.
"Es falso que Twitter sea sólo un pasatiempo donde la gente escribe, lee y no pasa nada. Por Twitter se han inflamado protestas y sublevaciones. Es probable que Twitter incluso esté siendo utilizado por agencias para influir en la opinión pública. Twitter es la opinión pública electrónica queriendo influir en la Opinión Pública. Twitter es un think tank que unas veces sufre déficit de atención y otras Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Al contrario de Las Vegas, lo que pasa en Twitter no se queda en Twitter", escribió el diario Milenio en su artículo 'Vivir bajo el efecto Twitter'.
Dominicana madrugó con dos carreras. "Puerto Rico no te quites". Poncharon a los puertorriqueños en la segunda entrada. "Gente, tranquilos, todavía falta un mundo". Le toca al puertorriqueño Giancarlo Alvarado treparse en el montículo. "¡Cambien al pitcher!", exclamaban en las redes, no habían pasado ni un out desde su ingreso.
Los seguidores, insatisfechos por el desempeño de la novena boricua continuaban sus comentarios. "Esta entrada duró menos que un estornudo", sufrían algunos, mientras otros denunciaban la aparente arrogancia que portaban los oponentes. Para el alivio de muchos, el dirigente Edwin Rodríguez cambió al lanzador. Puerto Rico logra "sentenciar por la vía del ponche" al equipo contrario. Sin embargo, no hace más que llegar a tercera base y ya les cobraron el último out. "Hostia, necesitamos otro home run de Alex Ríos", sin dejar de demostrar una adopción del lenguaje español, producto de las transmisiones de fútbol.
Ahora, con un poco de coherencia, porque hay anuncios, pueden analizar la situación. "Deberíamos aprender de otros países, que no se quitan hasta el final". La lluvia que cae en el estadio auguraba que eran las lágrimas de un pueblo las que bañarían el archipiélago más pequeño entre los mayores.
A Twitter le llaman fenómeno, por ser extraordinario y fuera de lo común, pero la realidad es que las redes se incorporaron a nuestras vidas como las libritas de más que llegan después de Navidad. Lo veíamos venir, cada vez más inminente, pero no lo detuvimos. No descartamos el plato, sino que lo llenábamos más y más porque sentíamos hambre. El plato nunca se vacía, por eso seguimos alimentándonos de él. Twitter no se detiene. De esta red nacen noticias de importancia o de puro entretenimiento.
No obstante, a pesar de contar con las incidencias del mundo en la punta de los dedos, las redes sociales pueden ser contraproducentes en cuanto a la comunicación interpersonal que se da, o se supone se de, en las reuniones grupales que acostumbramos hacer para ver este tipo de eventos.