Elena Resto Torres vivió durante 11 años en la ‘Isla del diablo’, un sector del barrio Capetillo de Río Piedras, cerca de la Quebrada Juan Méndez. Habitar en ese lugar fue muy significativo para ella. Actualmente tiene 65 años y vive en otra área del barrio. La entrevistamos en el Huerto, Vivero y Bosque Urbano Comunitario de Capetillo, con el objetivo de conocer su vida durante el tiempo cuando su comunidad estuvo establecida allí.
“No era un área peligrosa, no había peleas ni drogas, no había nada cuando nosotros vivíamos en los años 60 en la ‘Isla del diablo’”, aseguró.
A continuación seis citas de Torres Resto (colocadas en itálico) en las que describe este desaparecido vecindario.
La vida en la Isla del diablo
La ‘Isla del diablo’ es un sitio como cualquier otro, como el que estoy ahora. Yo vivo en la calle #9 de Capetillo y la vida es la misma, lo único que en la “Isla del diablo” las casas eran más pegadas, había más familiaridad entre nosotros y hasta en navidad compartíamos. El único problema, era el área de la quebrada, las aguas negras, los mosquitos y el mal olor que se sentía, pero en cuanto a lo demás era una vida común, normal como cualquier otro sector. No era un área peligrosa, no había peleas ni drogas, no había nada cuando nosotros vivíamos en los años 60 en la ‘Isla del diablo’.
La leyenda del nombre
En el Huerto de Capetillo hay dos entradas, en una de ellas está la casa de Jorge que es el vecino inmediato, ahí hay una escalerita que llega a la parte baja. Él se cayó por ahí estando borracho y en ese momento había una discusión entre dos mujeres y dijo “esto aquí, es la Isla del diablo”, por eso llamaron así al lugar en cuestión.
‘Isla del diablo’ en los años 50 y 60
En los años 50 esto era un sitio donde todas las personas se reunían. Cuando se salía el agua de la Quebrada Juan Méndez las casas a veces se inundaban y llegaba hasta el Barrio Obrero. Sin embargo, en los años 60, cuando ya estaba canalizada la quebrada, la historia era distinta. Yo viví en esa área cuando estaba canalizada, había una casa que prácticamente estaba sobre basura y habían casas que eran de planchas de zinc y madera.
Realojamiento de los residentes
La Comunidad Especial [La Oficina de Comunidades Especiales] propuso desarrollar hace varios años, un proyecto, el mismo consistía en ofrecer a los residentes de la ‘Isla del diablo’ una vivienda que estuviera en mejores condiciones. Estábamos contentos porque el proyecto iba a ser aquí, las personas iban a tener una vivienda adecuada y ya no vivirían en una casa de madera ni cerca de la basura. Iban a poder tener una vivienda no muy lujosa, pero sí adecuada para vivir una vida común. El proyecto era bueno porque las personas se iban a quedar en el área, pero como salía tan caro hubo que hacerlo en otro sitio dentro del área de Capetillo, y el que quisiera otro lugar se le iba a dar la alternativa de comprar fuera del barrio. Hubiese sido bonito que se diera ese proyecto como estaba planificado antes, pero si se hubiera dado, el Huerto no estaría, ya que el mismo está situado donde iba a estar una de las casas de esas viviendas. Y tampoco tendríamos el bosque.
Controversia en los residentes por el realojamiento
Surgió un grupo que no estaba de acuerdo, ya que ellos entendían que sus casas estaban en buenas condiciones. Fue ahí cuando desafortunadamente hubo ese choque. Luego, solo los que firmaron el proyecto fueron los que se reubicaron, a pesar de que duró varios años para finalizarse. Las casas de los que se opusieron son las únicas que quedan allí, mientras que algunos de los reubicados viven en Santa Rita y Villa Prades.
Lo que antes era la Isla del Diablo
Cuando se finaliza el proyecto y se reubican a los residentes, la ‘Isla del diablo’ queda deshabitada. Hoy día, esa área es ocupada por el Bosque y el Huerto de Capetillo. En el Huerto, quienes participan son principalmente jóvenes. Ellos son los que prácticamente han impulsado el bosque como lo del Huerto. Apoyan el proyecto y cada vez que hay una campaña de limpieza o cuando van a sembrar un árbol, se involucran activamente. La comunidad está orgullosa del Huerto y cuando esté el bosque, vamos a estar más felices de tener un lugar que los residentes de Capetillo y de otros lugares de la isla, podrán disfrutar.
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Este escrito es una versión resumida de una entrevista en profundidad que formará parte de un libro que publicará el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan sobre historias de vida en la “Ciudad de las Aguas”. Fue parte de los trabajos del curso “Retratos: la entrevista creativa y en profundidad” de la Maestría en Comunicación de la UPR que se desarrolló de agosto a diciembre de 2015, a cargo del Dr. Mario E. Roche.