Durante los próximos días, Diálogo Digital se adentrará en el mundo de esa subcultura conocida como la lucha libre para una serie que realizará en conjunto con los colegas de NotiCel. Los reportajes publicados aquí serán pautados en dicho medio a fin de mes.
Después de todo éste es uno de los meses más importantes del año en Puerto Rico para el llamado ‘deporte-espectáculo’, con los máximos eventos de las dos principales compañías de lucha libre a nivel local: la novel Liga Mundial de Lucha Libre (WWL, por sus siglas en inglés) presenta hoy sábado su cartelera ‘Insurrection’, en la cancha Pepín Cestero de Bayamón, mientras que el más tradicional Consejo Mundial de Lucha Libre (WWC, por sus siglas en inglés) tiene en agenda su cartelera ‘Aniversario 2014’, el próximo sábado en la cancha Héctor Solá Bezares de Caguas.
Pero antes, y como preludio a la serie, quisiéramos ofrecer a nuestros lectores una especie de manual para principiantes, donde les damos varios datos básicos para aquellos que no estén familiarizados con la lucha libre en Puerto Rico.
Inicios en Puerto Rico
Según se desprende de entrevistas realizadas a distintos veteranos del pancracio nacional de lucha libre, los primeros eventos como tal sucedieron en la Isla en la segunda mitad del Siglo XX. Fue en la década de los 1960, sin embargo, que el entonces comentarista deportivo José Antonio Géigel se convirtió en el primer promotor de lucha libre profesional, organizando eventos con luchadores boricuas de entonces, como Tomás Marín ‘El Martillo’, Che Torres, El Eléctrico, El Coyote López y El Verdugo.
Ya para principios de los ‘60, se empezaba a transmitir la lucha libre como espectáculo televisivo, a través del Canal 11, conocido en ese entonces como la Telecadena Pérez Perry. Las luchas alcanzaron popularidad ante la llegada del narrador Pito Rivera Monge, que le puso color al asunto. Entonces llegó a Puerto Rico el promotor mexicano Arturo Mendoza, responsable del desarrollo en tierra azteca del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) que produjo icónicos personajes como El Santo, Blue Demon y Mil Máscaras. De la mano de Mendoza llegaron luchadores de toda América Latina, como el mexicano El Gran Toledo, los cubanos Huracan Castillo, Black Georgie y Tigre Pérez y el dominicano Maravilla Martínez. El producto en este entonces fue uno puramente latinoamericano, pero por problemas financieros Mendoza se vio obligado a vender su compañía al estadounidense Joe Romero, quien cambió completamente el formato y trajo muchos luchadores de Estados Unidos. La lucha libre decayó hasta que a principios de los setenta regresa el mexicano Mendoza y se establece en el área oeste, con transmisiones televisivas a través del Canal 5 en Mayagüez y funciones frecuentes en el estadio Isidoro ‘Cholo’ García.
Así estuvo el rumbo de la lucha libre nacional hasta 1973, cuando un joven de nombre Carlos Colón, se unió con el yugoslavo Víctor Jovica y el estadounidense Gorilla Monsoon para fundar una empresa llamada Capitol Sports Promotions, que ahora es conocida como WWC. Luego vinieron otras compañías como la International Wrestling Association (IWA) y la WWL. El resto es historia.
Un héroe llamado Carlitos y la brega Chicky Starr
Vayamos al grano. En Puerto Rico, cuando se habla de lucha libre, la mayoría de la gente conoce de entrada a dos figuras que ejemplifican los dos espectros de este ‘deporte-espectáculo’: El héroe Carlitos Colón y el villano Chicky Starr.
Al fundar la WWC en la década de los 1970s, Colón se desarrolló como el héroe borincano de múltiples generaciones. Era el que defendía a Puerto Rico de ataques de extranjeros como el “sudanés” Abdullah the Butcher o los tejanos Stan Hansen o los hermanos Dory y Terry Funk, o el canadiense Leo Burke, o Sadistic Steve Strong, quien, supuestamente, procedía de “lo más profundo del infierno”. Muchos fueron los niños que querían ser Carlitos cuando grande, pues, después de todo, con un físico mucho menos impresionante que la mayoría de sus rivales, Carlitos los rendía a todos con su llave cuatro para luego celebrar, monoestrellada en mano, junto a sus correligionarios. La figura de Carlitos trascendió el mundo de la lucha libre y es considerada una ya de cultura popular. Su impacto en la lucha libre mundial recientemente fue festejado al ser exaltado al Salón de la Fama de la WWE.
Entonces, está Chicky Starr, quien a mediados de los 1980s traicionó a Carlitos, a los Invaders y al ‘Ejército de la Justicia’ para volverse el “rudazo” por excelencia de la lucha libre nacional. El tipo fue tan tramposo y tan odiado por los fanáticos que hasta una frase popular tiene su nombre: “Bregando Chicky Starr”. El personaje Chicky Starr equivale a todo lo contrario de lo que es o fue el personaje de Carlitos Colón
Otros luchadores importantes:
Savio Vega: ‘El boricua mayor’ actualmente es el Gerente de Operaciones en la WWL. Fue el luchador puertorriqueño con mayor exposición en la década de los ’90.
Pedro Morales: Durante los setenta, Pedro Morales, de Culebra, Puerto Rico, fue campeón mundial de la WWF, llenando de tepe a tepe el Madison Square Garden de Nueva York como estelarista. Además, fue el primer boricua en entrar al Salón de la Fama de la WWE.
Abdullah the Butcher: Sus sangrientas luchas con Carlitos Colón son leyenda alrededor del mundo.
Invader #1: No hay duda de que la figura José Huertas González es una de las más populares en la industria nacional. Ha brillado tanto en el bando de los buenos, como ‘El Jibarito de San Lorenzo’, como en el bando de los rudos, como ‘El Sueño Puertorriqueño’
Rey González: ‘Mr. Raytings’ ha sido el luchador boricua por excelencia durante la pasada década y media y Puerto Rico, posicionándose entre las posiciones estelares ya sea de rudo o de técnico.
La segunda generación Colón: Tanto Carlito Caribbean Cool, hijo, como Primo y Épico, son reconocidos a nivel mundial por su éxito en la WWE. Tienen sangre de leyenda en sus venas, pues Carlito y Primo son hijos de Carlitos Colón, mientras que Épico es su sobrino.
El Bronco #1: Veterano luchador dominicano cuyo estereotipo de extranjero ha sido explotado al máximo, ocasionando en los fanáticos desde el extremo desdén xenofóbico hasta el mayor amor de hermandad caribeña.
La Rosa Negra: Es la luchadora puertorriqueña que más exposición ha logrado. Actualmente, posee varios campeonatos de empresas internacionales. Pertenece al roster de la WWL.
La nueva era versus lo tradicional
En estos momentos, las dos principales empresas de lucha libre son la WWL y la WWC.
La WWC se caracteriza por ofrecer un producto más tradicional, con una narrativa que no ha cambiado mucho desde sus inicios en la década del setenta. Mantienen un estilo ‘vieja escuela’ y rara vez se le ve a alguno de sus directivos reconocer que éste es un espectáculo, en el que se predetermina el vencedor y el vencido, y en donde sus tramas son guiadas por un libreto establecido. Es aquí donde todavía brillan las figuras de Carlitos Colón, El Invader #1 y El Bronco. Su énfasis es más hacia la nostalgia y el estilo de antaño, en contraste con la WWL.
La WWL se enfoca más en presentar un producto más ágil, que apela al fanático de la nueva era, algo que a finales de los 1990s y principios de los 2000s logró realizar la empresa IWA. Su énfasis principal es en las historias. Cuando ves la WWL parece que estás viendo alguna serie y no un programa de lucha libre tradicional. Es liderada por Richard Negrín, Savio Vega y Héctor ‘Moody Jack’ Meléndez y sus figuras principales son los luchadores Dennis Rivera, Monster Pain, Shane Sewell y La Rosa Negra.
Para los gustos los colores. La WWL se presenta esta noche en la Pepín Cestero, mientras que el sábado 25 en Caguas estará la WWC. Si nunca ha visto un espectáculo, ya más o menos sabe qué esperar.