Una vez más el Departamento de Educación (DE) anunció que se avecina una ola de cierre de planteles escolares de cara al próximo año académico. Ante este hecho, dos expertos en educación, más allá de avalar o rechazar esta práctica, mostraron inquietud sobre las razones que impulsan esta decisión.
“Si la preocupación es económica, no creo que sea la mejor decisión”, aseguró de entrada Roamé Torres, decano de Asuntos Académicos de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP).
Al extremo opuesto de la mesa, Loida Martínez, decana auxiliar de Asuntos Académicos de la Facultad de Educación de la UPRRP, inquirió de inmediato: “¿qué estudios ella [Julia Keleher] ha hecho como para poder determinar qué es lo que va a pasar en el DE?”.
Así inició un diálogo entre ambos académicos, entrevistados simultáneamente.
El profesor explicó que para tomar acciones de tal envergadura se necesita hacer un estudio más a fondo de la realidad de las escuelas y de sus estudiantes. Es decir, que no se deben basar únicamente en la cantidad de alumnos que tiene el plantel escolar o los recursos que este provee.
Por su parte, Martínez cuestionó el hecho de que todavía no se ha tenido acceso a ningún estudio que muestre cuáles han sido los ahorros o mejoras que ha obtenido el DE tras el cierre de 177 escuelas durante el período del 2014 al 2016, bajo la administración del pasado secretario, Rafael Román.
La información del cierre de escuelas fue confirmada hace unas semanas por la secretaria de Educación, Julia Keleher. No obstante, en entrevista con Diálogo en enero, esta informó que consolidaría escuelas. Esto, como parte de su plan para ajustar el presupuesto del DE a las recomendaciones hechas por la Junta de Control Fiscal (JCF).
“Si tú te vas a dejar llevar desde ese punto de vista, por un corte de presupuesto porque la JCF lo señala, me parece que eso es totalmente inapropiado porque si hay algún sitio donde el gobierno no debe recortar es en educación”, expresó sobre el particular José (seudónimo utilizado para proteger su identidad), maestro de español del sistema público.
Empero, el educador entiende que, siempre y cuando la decisión se tome con consciencia y para beneficio del sistema, no se opone al cierre. Para José, quien tiene vasta experiencia en el magisterio, lo verdaderamente importante en estos momentos es que la escuela cuente con los materiales y recursos necesarios para operar.
Ahora bien, tras las reacciones que se han suscitado en el sector magisterial, Keleher aclaró que, pese a que tienen en la mira 300 planteles escolares que tienen menos de 200 estudiantes, ese no será el criterio principal a considerar para tomar la decisión de cuáles escuelas serán clausuradas.
La secretaria, con el fin de involucrar a los sectores afectados, creó un plan para el rediseño de escuelas, en el que alcaldes, directores escolares y regionales, así como los educadores y padres tenían la oportunidad de someter su propuesta sobre cómo se debe llevar a cabo la consolidación de escuelas.
“Desde el primer día dije que este trabajo se haría en consenso, que quería escuchar y tomar en cuenta todas las opiniones de todos los que tengan algo bueno que aportar para este proyecto que, sin dudas, nos brindará la oportunidad de optimizar todos los recursos que tenemos en el departamento”, expresó Keleher en un comunicado.
A menos escuelas, mayor calidad educativa: ¿utopía o realidad?
Según la funcionaria, consolidar escuelas permitirá ofrecer más recursos económicos a aquellas que permanezcan abiertas y esto, a su vez, propiciará mantener en óptimas condiciones los planteles.
Asimismo, mencionó la posibilidad de crear más escuelas especializadas y que cumplan con las necesidades de sus respectivas comunidades.
Torres, sin embargo, no dejó pasar por alto que, a menos escuelas, una mayor probabilidad de que ocurra un hacinamiento en términos de la carga que recibirán los maestros. El catedrático explicó que la clase magisterial ya tiene suficiente trabajo y el allegar más estudiantes a una escuela, podría significar un incremento en ello.
Uno de los temas que más preocupa al magisterio es precisamente qué sucederá con las plazas de estos educadores una vez cierre su escuela. Sobre este particular, Keleher aseguró que no pretende despedir empleados, sino que hará una redistribución de estos en las demás escuelas que permanezcan abiertas.
Esto implicaría, por ejemplo, que en un mismo salón estén dos maestros de una misma materia trabajando en colaboración. Según Martínez, esta práctica no es novedosa, pues existió en la isla hace varias décadas.
“Si se diera eso y significara que en una escuela elemental los primeros grados tuvieran dos maestros por salón eso sería fabuloso porque se podría dar una atención más personalizada a los estudiantes”, sostuvo Torres.
La decana auxiliar, por su parte, se mostró escéptica ante esta posibilidad y puntualizó que “eso no va a pasar porque lo que van a aprovechar es lo mismo que está pasando en la universidad que, en la medida en que se jubila gente, congelan la plaza”.
Otra consecuencia de consolidar escuelas, de acuerdo con el catedrático, es perpetuar la fuga de egresados de educación hacia escuelas estadounidenses, principalmente. “En la medida que se va reduciendo la plantilla de maestros en el sistema escolar, las oportunidades de empleo de nuestros egresados se reducen”, indicó el decano.
Futuros maestros se oponen al cierre de escuelas
Precisamente, Diálogo conversó con algunos estudiantes de educación sobre este particular y todos los entrevistados mostraron inconformidad y oposición ante esta decisión tomada por Keleher.
“Como futura maestra, considero que el cierre de escuelas representa una oportunidad menos para la nueva generación que desea aportar a la educación del país. Para nuestra sociedad esto se puede ver como la apertura a la inestabilidad educativa de un pueblo”, sostuvo Noelis Guzmán Sáez, estudiante de Educación de la UPRRP.
De igual modo, Sheila Torres Nazario, estudiante de la UPR en Cayey resaltó el hecho de que mientras menos escuelas haya, menores oportunidades de conseguir empleo tendrá. “La decisión de la secretaria de Educación de continuar cerrando escuelas es una subjetiva y elitista”, expresó.
Por su parte, Rafael Alonzo Arias, estudiante de la UPRRP y quien actualmente realiza su práctica en educación, argumentó que no hay razones suficientes para justificar la consolidación de escuelas, aunque puede que estas parezcan válidas.
“Esto no significa que estoy enajenado de la situación económica que atraviesa la isla, pero trastocar lo que en sí mismo es capaz de transformar un país, no es correcto por ninguna vía que se vea”, dijo Alonzo Arias.
Para Coral Zayas Colón, la ecuación es sencilla: “no podemos echar el país hacia adelante, ni salir de la crisis sin educarnos”. Por tal razón, la estudiante de Educación de la UPRRP, hizo hincapié en que “la educación no puede ni debe medirse a base de una tabla de presupuesto”.
Pese a que se oponen al cierre de escuelas, estos futuros docentes son conscientes de que la realidad económica del país requiere que se tome acción cuanto antes para salir de la crisis.
Es por esto que mencionaron que una de las alternativas que puede significar un ahorro en el DE es que los propios estudiantes de Educación ofrezcan tutorías a los estudiantes de escuelas públicas.
Entre tanto, Torres recalcó que la Facultad de Educación está dispuesta a colaborar con el Departamento de Educación, si así lo solicitan, como siempre lo ha estado.
Por último, tanto Martínez como Torres le hicieron un llamado a la secretaria de Educación a conocer mejor el sistema educativo y a que trabaje por el bien de la educación y de los estudiantes, más allá de solo fijarse en el aspecto administrativo.