El primero de los grupos, el A, que dan forma a esta Copa del Mundo de Sudáfrica, se definió. Si bien la lógica no imperó en esta ocasión, sí lo hizo la justicia: Uruguay fue el mejor del Grupo A, y México tuvo los méritos suficientes.
Dos cosas llaman fuertemente la atención en la conclusión de este cerrado grupo. Primero, que el anfitrión quedó fuera de la competición, situación que nunca antes había sucedido. Segundo, que la única ‘potencia’ futbolera que había en el grupo, hablamos de Francia, se despidió con una derrota que solo vino a apilar más piedras en una semana caótica en el seno del seleccionado galo.
El duelo entre Uruguay y México definía el futuro de las cuatro naciones. Mucho se especuló sobre la posibilidad de un empate, pero nada más lejos de la realidad. ‘Charrúas’ y ‘Aztecas’ salieron con sus mejores hombres y dieron una primera mitad trepidante, llena de opciones de gol para ambas escuadras.
Un error en la zaga mexicana provocó el 1-0, que sería definitivo. El goleador sudamericano Suárez, sin marca, remató con la cabeza un bello servicio y doblegó así al arquero Pérez.
México lo intentó, pero sus intentos nunca menguaron la defensa uruguaya, sólida y férrea como marca su historia, y su presente; pues no ha recibido un solo gol en todo el Mundial. El marcador situaba la justicia por encima de todo, Uruguay fue mejor, tuvo una y la metió. México no supo aprovechar la tenencia del balón, y no supo sumar cuando pudo.
Con la victoria charrúa se habría la posibilidad de un milagro en el Sudáfrica vs. Francia. Pero este no estaba llamado a acontecer.
Sudáfrica fue un vendaval y Francia salió al terreno de juego con las maletas hechas e imaginándose el vuelo de regreso a París.
Durante la semana el conjunto galo dio la nota bochornosa de este Mundial: Anelka, una de sus superestrellas insultó al dirigente, Domenech; por lo que el jugador fue expulsado. Tras la decisión, hubo un motín y los jugadores no se entrenaron en protesta. El mismo presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, se comunicó con la delegación francesa y envió a su Ministra de Deportes a Sudáfrica para arreglar la situación.
Pero el bochorno no se acabaría ahí, faltaba una despedida vergonzosa: Francia perdió 2-1 con Sudáfrica, en un partido que mostró las limitaciones de ambas escuadras, pero que resaltó el corazón sudafricano, que por fin le dio una alegría a su gente.
Esa victoria limpió un poco el nombre del anfitrión y selló la lápida francesa.
México enseñó sus carencias y apelará de nuevo a la épica, pues lo más probable es que se mida ante Argentina en los octavos de final. Uruguay demostró su jerarquía, aquella que lo llevó a ser grande hace 60 años en el Maracaná, y con tranquilidad espera a un rival que luce ‘cómodo’, ya sea Nigeria, Corea del Sur ó Grecia.