Cautivados por la red

Gira su cabeza y dirige su vista al reloj de pared de su cuarto, sin contener su asombro y para sí mismo dice: “¿Dos horas en Internet? Debe ser un error”. Y no nos referimos al ejercicio de utilizar la Web para alimentarnos de información o revisar el correo electrónica o para chatear, sino que esos 120 minutos se “desperdiciaron” en Facebook, una herramienta social que ha trastocado nuestras prácticas sociales y la forma en que navegamos en la red..