¿Qué dirían tus padres si un día les dices que vas a dejar la universidad o el trabajo para jugar videojuegos profesionalmente? ¿Te mandarían a un psiquiatra? ¿Infartarían? ¿O, como es el caso de Clinton Loomis —jugador profesional del juego popular de computadora, Dota 2—simplemente te echarían de la casa si "vas a perder el tiempo"?
"[Decirle a mis padres] fue la decisión más difícil que he tenido que tomar. Más aun que dejar los estudios universitarios para jugar. Tenía miedo de cómo iban a reaccionar; un miedo que fue validado dado a su reacción inicial. Sin embargo, no los culpo. Ellos no conocían este mundo. No conocían la verdad", dijo Loomis.
La verdad es que competencias organizadas de juegos de vídeo, conocidas como e-sports dentro de su misma comunidad, han gozado de un crecimiento en popularidad sin precedente estos últimos años. La final de la temporada del juego de computadora League of Legends se dio a cabo en el Staples Center. El mismo Staples Center donde juegan los Lakers de Los Ángeles. Ah, y las taquillas se vendieron en menos de una hora.
El concepto del jugador profesional de videojuegos no es uno nuevo. En Corea, jugadores profesionales del ya anticuado Starcraft han gozado del tipo de celebridad que aquí se le reservan a los atletas "de verdad" desde finales de la década del noventa.
El advenimiento de juegos competitivos en línea, además del acceso a poder ver tus jugadores favoritos vía canales personalizados en la red llamados streams han ayudado a crecer una comunidad de jugadores y fanáticos en el occidente. Estos fanáticos aportan al crecimiento de los diferentes e-sports. Por ejemplo, el equipo ganador de The International 2013 —el torneo más grande de Dota 2—se llevó un premio de $1.4 millones, del cual una gran parte salió del bolsillo de fanáticos que aportaron donaciones al gran premio.
¿Aún no estás convencido?
El gobierno de los Estados Unidos sí. En julio del año pasado, el gobierno estadounidense empezó a reconocer a jugadores internacionales de League of Legends como elegibles para obtener visas de atletas. Las mismas visas que se le otorgaron a atletas superestrellas como al pelotero David Ortiz de los Boston Red Sox y al baloncelista Pau Gasol de los Lakers de Los Angeles.
"Fue un momento seminal para e-sports. Aunque solamente se hayan reconocido a jugadores de League of Legends, esto establecerá el precedente para que jugadores de otros juegos como Dota 2 puedan jugar en torneos en los Estados Unidos. Esto nos pone en el mismo terreno de juego que otros atletas de deportes mainstream", explicó Loomis.
Si todavía no los quieres considerar atletas, al menos hay que conceder que viven y entrenan como sus contrapartes tradicionales. Miembros de equipos profesionales viven todos en una misma casa y entrenan cerca de diez a catorce horas diarias para prepararse para los torneos.
"Creo que lo más difícil de ser un jugador es que todavía se depende demasiado de ganancias en torneos. Hay organizaciones multimillonarias como Natus Vincere en Ucrania e Invictus Gaming en China que están dispuestos a pagarle salarios de seis dígitos a jugadores para tener equipos buenos, pero eso no es la norma. Al menos todavía no", sostuvo Loomis.
¿Y si no ganas?
"Es como todo: si no eres bueno y no tratas de ser el mejor, probablemente no te va a ir bien. Mi equipo (la organización Evil Geniuses) ha tenido bastante éxito hasta ahora, pero de no haberlo tenido, te puedo garantizar que no estaría arrepentido de mis decisiones. Yo salí a hacer lo que más me apasiona, y creo que es un paso que pocos tienen el privilegio de decir que tomaron", culminó Loomis.
Clinton Loomis logró reconciliarse con sus padres y, a pesar de que ya no vive con ellos, está de nuevo bienvenido en la casa, donde siempre lo espera su viejo cuarto y una computadora.