Su labor pedagógica en el colectivo Jóvenes del 98 ha influenciado varias generaciones de artistas. Con su particular estilo de enseñanza ha logrado infundirle a muchos de sus discípulos una visión más clara de lo que quieren y un mayor compromiso con la sociedad. Hablamos de Maritza Pérez Otero, teatrera, maestra, activista y forjadora de decenas de actores.
“Maritza es todo, es tantas cosas: disciplina, entrega, sacrificio, compromiso social… Es la maestra de la vida, la brava por excelencia, la mentora de tantos” manifestó la actriz, teatrera y maestra de teatro, Norwill Fragoso, acerca de su mentora.
La labor teatral de Pérez Otero comenzó en las décadas de los ‘60 y ‘70, con la llegada del teatro popular, en el que los artistas se plantean los problemas actuales de la política, economía y sociedad en Puerto Rico. Dentro de ese movimiento artístico del siglo XX también se encuentra la teatrera, Rosa Luisa Márquez, quien trabajó como profesora del Departamento de Drama del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR-RP) por 32 años.
“Conocí a Maritza cuando tenía 14 años en Arecibo, de paso porque compartíamos actividades sociales familiares… Nos vimos en la universidad. Ella era actriz de un grupo [de teatro] que creó, que se llamaba La Puerta”, recordó Márquez.
Relató que en el 1972, Pérez Otero, oriunda de Manatí, se integró al grupo de teatro de la calle, Anamú, que fue fundado por artistas como Edgardo Quiles, José Luis Ramos Escobar y la propia Márquez. Luego, continuó con el grupo de teatro y danza, Pisotón, fundado por Petra “Bravo” Hernández.
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Presentación del grupo Anamú en el primer Festival de Claridad, en 1973. Maritza está a la derecha de frente a la cámara, con blusa clara. (Suministrada)
Todas estas experiencias profesionales posibilitaron que en el 1995, Pérez Otero dirigiera un campamento de verano, que serviría como un seminario teatral y un proyecto de preparación actoral y “performero”. Este taller se conoce actualmente como el Teatro en Movimiento por el Viejo San Juan. De aquí surgió su mayor creación: el grupo teatral Jóvenes del 98, que se creó luego de la presentación del proyecto colectivo Troya ‘98, durante una procesión a Guánica de distintos sectores del independentismo el 25 de julio de 1998.
Jóvenes del 98
La actriz Kairiana Núñez, miembro fundador de Jóvenes del 98, explicó que el grupo se creó “con el propósito de hacer una obra de teatro sobre los 100 años de la invasión norteamericana a Puerto Rico en el 1898 desde la mirada de los jóvenes”. Recordó que se hicieron unas audiciones y como de 60 jóvenes de diversos pueblos de la Isla, quedaron 18.
Lo que se destaca de este colectivo es su multidisciplinariedad e integración de varias materias con el teatro. En Jóvenes del 98 los estudiantes desarrollan obras con temas relacionados al contexto histórico, social y político de su país. Sus alumnos aprenden a leer a Eduardo Galeano, Eugenio María de Hostos, Mario Benedetti, Julio Cortázar, Augusto Boal y Bertolt Brecht, entre otros.
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Maritza junto al elenco original de Jóvenes del ’98, en una de sus primeras presentaciones. (Ricardo Alcaraz)
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Jóvenes del ’98 en Guánica, julio 1998 (Ricardo Alcaraz)
Basándose en el modelo del teatro del oprimido del brasileño Augusto Boal y la pedagogía del oprimido de Paulo Freire, Pérez Otero adoptó un método de enseñanza que consiste en que los jóvenes desarrollen el cuestionamiento y planteamiento de su realidad, pensamiento analítico, técnicas de liderazgo y amor a la lectura y el conocimiento.
La integrante del colectivo teatral, Y No Había Luz, Yari Helfeld, comentó que Pérez Otero les enseñó “el derecho a pensar y analizar”. También les permitía a sus alumnos proponer y desarrollar sus propias ideas. Destacó que, cuando participaba en los talleres de teatro de Pérez Otero, ella les daba la libertad de crear o alterar las obras que se presentaban.
Helfeld explicó que a la hora de seleccionar los integrantes de Jóvenes del 98, Pérez Otero no se fijaba tanto en el talento y habilidad que tenía el participante en el teatro como en el nivel de responsabilidad, disciplina e interés que se mostraba con el colectivo. Precisamente, los entrevistados destacaron el apego a la disciplina como uno de los distintivos de Pérez Otero. Indicaron que la teatrera, incluso tiene la reputación de expulsar estudiantes del colectivo si llegan tarde o se ausentan frecuentemente de los ensayos. Su rigidez y ojos azules e intimidantes, fueron algunas de las cualidades de esta gran maestra de teatreros resaltadas por sus exalumnos.
“Recuerdo que mi primera impresión [de Maritza Pérez] fue: ‘Qué mujer tan militar.’ [Era] una mezcla de total libertad combinado con una disciplina muy estricta”, mencionó Marisé Álvarez, actriz e integrante del colectivo de teatro de comedia e improvisación, Teatro Breve.
No obstante, todos admiran a su maestra por su gran compromiso con la juventud puertorriqueña durante estos últimos 18 años. Pérez Otero ha formado varias generaciones de artistas con una visión más clara de lo que quieren y un mayor compromiso con la sociedad a través del arte.
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Maritza ha impartido clases en diferentes lugares, incluyendo la Escuela de Teatro del Consejo Artístico de Puerto Rico. Aquí conversa con varios de los alumnos, en una foto de marzo del 2010. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
Su influencia se ha visto en los trabajos de José “Pepe” Álvarez, por ejemplo, quien dirigió y actuó en la obra Lamamutcandungo el año pasado.
“Mi trabajo no es como el de Pérez, pero es influenciado por ella. Ella me ayudó a conocer otros maestros que su estética se parece a la mía… Mi curiosidad yo se la debo a ella”, indicó Álvarez.
Hoy día, Jóvenes del 98 sigue bien activo, realizando presentaciones en las calles, en La Campechada (Viejo San Juan) y en distintos lugares en Puerto Rico. El colectivo también ha viajado a República Dominicana, Cuba, México, Argentina, Colombia, España, Brasil, Uruguay, entre otros.
Tanto los nuevos como los viejos integrantes se han convertido en colegas de Pérez Otero, y trabajan con ella en los talleres de Teatro en Movimiento por el Viejo San Juan.
En la actualidad, los exmiembros del colectivo se destacan en las artes visuales, el cine, la iluminación, la poesía, la producción, la gestión cultural, la música, la dramaturgia, la danza, la literatura, el performance, el periodismo, el circo, el teatro, la radio, la academia, entre otras áreas.
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Jóvenes del ’98 sigue activo, siempre renovándose y presentándose en diferentes actividades en el país. (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
A continuación, otras imágenes del trabajo y vida de Maritza:
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