Un voluntario le entrega la monoestrellada a Mónica Puig, y la tenista boricua se arropa con ella.
Canta Tito Auger.
María Sharapova observa cómo el público, con tan solo sus celulares y la alegría de ser puertorriqueños, alumbra el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Entonces, podríamos asumir, ahí comprendió la importancia de su presencia en este primer partido de exhibición.
Ambas levantaron sus brazos para moverlos de lado a lado. Una, porque verdaderamente se siente boricua aunque naciera en la luna, y otra porque fue contagiada con el calor caribeño que la recibió con brazos abiertos. Sharapova no se presentaba en una cancha de tenis desde enero, luego de recibir 15 meses de sanción por ingerir una substancia recién prohibida en la liga.
Canta Auger. Sharapova mira las luces asombrada. Mónica se arropa con la monoestrellada #PuigInvitational pic.twitter.com/ypXdZwlnYU
— Adriana (@adrianadesala) December 16, 2016
“Puerto Rico verdaderamente es un lugar muy especial”, afirma la espigada tenista rusa en su turno al micrófono.
Sharapova fue invitada al primer “Mónica Puig Invitational”, no solo por su calidad como competidora, su friolera de cinco Grand Slams o por ser la exnúmero uno del mundo, sino porque es embajadora del tenis. Ciertamente ha sobresalido por su habilidad empresarial con el tenis como plataforma. Es embajadora de las Naciones Unidas, además de contar con su propia línea de dulces—“Sugarpova”—y representar a diversas marcas a lo largo de su carrera como Porsche, Nike y Evian.
A pesar de haber viajado el mundo, el evento le sirvió como excusa para visitar la isla por primera vez. Aquí, recibió un reconocimiento en San Juan y realizó anuncios para la Compañía de Turismo junto a Puig, pero se lamentó por no tener más tiempo disponible para disfrutar de la isla. También, impartió clínicas de tenis a más de 100 niños de: Programa de Deportes de la Escuela Alejandro Cruz Jr. y del Proyecto Comunitario Moisés Rosa Ramos del barrio Sonadora de Guaynabo, del Programa Recreativo para la Comunidad de la iglesia Discípulos de Cristo de Las Lomas, un grupo del programa recreativo de los Líderes para el Mundo de la organización Apoyo Empresarial para la península de Cantera, así como de los Boys & Girls Clubs de Puerto Rico de los residenciales Las Margaritas, Luis Lloréns Torres, Santa Elena y Vista Hermosa.
De Puerto Rico a Rusia son tres vuelos en avión y poco más de 14 horas de viaje. Para unir esta isla caribeña del pitorro con la tierra fría del vodka, tendríamos que construir un puente que recorra seis mil millas por el Atlántico. Ni hablar sobre cuánto conllevaría todo esto en términos monetarios.
Sin embargo, tenemos la música. En medio del juego comenzó a sonar “María”, de Ricky Martin, y a la tenista rusa no le quedó más remedio que mostrar sus modestos pasos de baile ante los aplausos.
1,2,3…un pasito pa’lante María.. y Sharapova baila #PuigInvitational pic.twitter.com/amso0jya2i
— Adriana (@adrianadesala) December 16, 2016
También tenemos al deporte. Poco más de 12 mil fanáticos disfrutaron de esta iniciativa que los puso a gozar, tal como proponía la boricua, a pesar de las dificultades por las que atraviesa el país. Sin importar, tampoco, que el puertorriqueño no está acostumbrado a permanecer en silencio durante una competencia deportiva, como exigen las reglas del tenis. Los gritos del público como “¡Mónica te amo!” y “Maria, I love you too!”, solo provocaban sonrisas entre las jugadoras.
Entonces, tenemos a Mónica que prometió enseñarle español y un poquito de nuestros bailes a Sharapova. Mónica, que horas antes de comenzar el evento se trepó en la tarima exterior junto a Plena Libre y animó a los que llegaban al coliseo. La que soltó su raqueta en medio del juego para dársela a uno de los voluntarios, con tal de que este jugara con Sharapova. La misma que se proclamó victoriosa luego de dos sets y un tiebreak: 6-3, 1-6, (10-6), y quiere realizar este evento todos los años.
Por ahí recalcarán que el partido estuvo arreglado, porque no hay manera que Puig pudiera derrotar a Sharapova. Insistirán, también, en que el verdadero puente que transportó a la tenista rusa hasta acá fue el dinero. Recalcarán en que todo fue un espectáculo. No obstante, por alrededor de dos horas, miles presenciaron un evento poco común, al menos en esta disciplina, en el patio de su casas.
¡Gana Mónica! 6-3, 1-6, (10-6). Aquí el game point #PuigInvitational pic.twitter.com/OoaWpfdEnl
— Adriana (@adrianadesala) December 16, 2016