Los carteles de Medellín
Llegué un domingo a Medellín. Me recibió un chico de 18 años en un hostal lo que se dice mono. Decirle que soy puertorriqueña fue acercarlo a Dios. Le brillan los ojos. Y parece que “el único peligro de venir a Medellín es que te quieras quedar”.
Detalles