“Más temprano que tarde”
Con estas palabras de Salvador Allende, se puede sintetizar la consternación del mundo ante la muerte del Premio Nobel de Literatura José Saramago. Aunque el luso tenía 87 años y estaba gravemente enfermo, nunca extravió su lucidez, al contrario. Creativamente estaba en una etapa fértil, hoy se llora con la alegría de que alguna vez estuvo entre nosotros y quizá, lo haga por mucho tiempo.