Fernando Picó: el inmenso caudal

  Fernando -como le llamé siempre luego de que ofició mi ceremonia matrimonial- usaba un adjetivo que intercalaba muchas veces en las conversaciones coloquiales con los estudiantes: “reguerete”. Almorzábamos lengua mechada en una fonda de Puerta de Tierra, a donde convidaba al corillo de estudiantes pelaos que investigaban diariamente en el Archivo General de Puerto…