Encuentro en las nubes
Caminamos por el angosto pasillo que nos llevaría al encuentro. Una vez frente a la puerta, aquella que descubrimos ayudados por el número 104 tatuado a la madera, tocamos. De inmediato, aquel mundo exterior -que ese día había decidido vestirse de gris- quedó atrás. Ya adentro, la apertura de una segunda puerta nos seduce a…
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