Las calles se plasman de mujer
El sol quemaba a las 3 de la tarde. Azotaba el asfalto sin pena, sin lástima del calor que sentía la brea, sin considerar las personas que utilizaban ¨ropa de trabajo¨. Intensamente brillante, mis espejuelos reflejaban la luz y no me permitía ver correctamente. Tomé el tren hacia el Departamento del Trabajo en Hato Rey…
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