Por una universidad liberadora y accesible para todos
Soy hija de padres cubanos exiliados. Mi madre, con mucho trabajo y sacrificio estudió estilismo. Trabajó como una bestia en la marquesina de nuestra casa por una miseria. Cuatro dólares un manicure, ocho un pedicure. El dinero nunca era suficiente, pero era muy buena estirando el peso. Ella, como muchos de su generación, entendía la…
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