El don de tropezar
No hay tenencia. Donde se pisa la tierra se alienta en bocanadas concisas, sabe la medida exacta de sus pertinencias. Dice que necesario es sólo el perímetro presente, el área que cubre la suela del zapato. Nos toca andar tras la pista aunque nada resuelva, en vigor presencial y en rigor de la errancia; estar…
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