Memorias de una noche en el subdesarrollo
A cinco minutos de que el reloj marque la media noche, continúan ladrando los perros. Los coquíes y los grillos –como de costumbre– hacen la noche un tanto más placentera. Hoy hace calor. Todavía no llega la luz y, a pesar de que la ventana de la sala sigue abierta, el sudor continúa haciendo de…
Detalles